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Dos personas en el ensayo de una de las vacunas contra COVID-19 desarrollaron el síndrome de Guillain-Barré, pero es muy dudoso que esto se deba a la vacuna, así lo reveló un estudio de caso recién publicado en la revista Neurology.

Aunque ambas personas participaron en el mismo ensayo, una recibió la vacuna y la otra un placebo de solución salina.

«Esto refuerza la posibilidad de que el caso de nuestro informe haya sido una coincidencia», indicó el doctor Anthony Amato, neurólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) y autor del estudio.

El síndrome de Guillain-Barré es una condición poco común en la que el sistema inmunológico ataca las células nerviosas. Los síntomas comienzan con debilidad en las manos y los pies y pueden progresar hasta parálisis.

Aunque la afección puede poner en peligro la vida, la mayoría de las personas se recuperan.

Se desconoce la causa exacta del Guillain-Barré, pero puede ocurrir después de infecciones gastrointestinales o respiratorias. Cada año, afecta a unas 20 personas de entre un millón. En casos muy raros, ocurre después de una vacuna.

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Amato destacó que las vacunas contra COVID-19 que en este momento se administran en Estados Unidos han demostrado ser seguras y efectivas para reducir el riesgo de enfermedad grave y muerte, y están salvando vidas.

«Con aproximadamente mil millones de personas en todo el mundo que se espera sean vacunadas contra la COVID-19, anticipamos que podría haber miles de casos de síndrome de Guillain-Barré que ocurrirán alrededor del momento de la vacunación solo por coincidencia», dijo.

El estudio de caso se centró en una mujer sana de 60 años que recibió la vacuna en diciembre de 2020. Diez días después, desarrolló dolores en la espalda y las piernas y, finalmente, no pudo moverse.

La mujer fue tratada con inmunoglobulina, que otorga anticuerpos que el cuerpo no produce por sí solo. Comenzó la rehabilitación 10 días después de la admisión al hospital y se está recuperando, dijeron los investigadores.

A medida que las naciones presionan para vacunar a las personas contra la COVID-19, Amato subrayó que es vital monitorear de cerca los posibles efectos secundarios y realizar grandes estudios para determinar si el riesgo del síndrome de Guillain-Barré es similar o diferente al del pequeño riesgo asociado con otras vacunas, como la vacuna contra la influenza.

Asimismo, agregó que dicho monitoreo ayudaría a evitar culpar a la vacuna COVID-19 por efectos que no están vinculados científicamente a ella.

«Basándonos en la experiencia con otras iniciativas de vacunación y los datos en los sistemas de monitoreo adverso de las vacunas COVID-19 recopilados hasta ahora, estamos seguros de que los beneficios de la vacunación superan los riesgos de la infección por COVID-19″, concluyó Amato.

 

Vía: Health Day News