De acuerdo con la Fundación Nemours, a los 13 años, los adolescentes ya deberían haber recibido las siguientes vacunas:

  • Vacuna contra la varicela (si no han tenido la enfermedad)
  • Vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR)
  • Serie de vacunas contra la hepatitis B (VHB)
  • Serie de vacunas contra la hepatitis A (VHA)
  • Vacuna meningocócica
  • Vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH)
  • Refuerzo contra la difteria, el tétanos y la tos ferina acelular (Tdap)

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Los médicos recomiendan un refuerzo de Tdap a los 11–12 años de edad, con un refuerzo de tétanos y difteria (Td) cada 10 años después de la primera aplicación. La vacuna Tdap también se recomienda para todas las mujeres embarazadas durante la segunda mitad de cada embarazo, independientemente de si la recibieron o no antes o de cuándo fue la última vez que se administró. También se recomienda la vacuna contra la gripe (influenza), que se aplica antes de la temporada de gripe cada año.

Todos los adolescentes y adultos deben recibir una vacuna contra el COVID-19 y una dosis de refuerzo.

En áreas donde el dengue es común, la vacuna contra el dengue se administra a niños y adolescentes de 9 a 16 años que ya han tenido dengue.

A medida que los adolescentes pasan por la pubertad, se abordarán los problemas de salud sexual. Las mujeres jóvenes pueden ser referidas a un ginecólogo para una primera visita. Se examinará a los hombres jóvenes para detectar hernias y cáncer testicular y se les enseñará cómo hacerse un autoexamen testicular.

Asimismo, se debe preguntar a los adolescentes sobre comportamientos o problemas emocionales que puedan indicar depresión o riesgo de suicidio.

 

Fuente: Nemours Foundation