La inmunoglobulina antirrábica se utiliza para proteger a las personas que han sido mordidas por animales (después de la exposición). Este medicamento se administra de forma intramuscular mediante inyección o directamente en o cerca de la herida (mordedura o rasguño de un animal) que expuso a la persona al virus de la rabia. Dicha inmunoglobulina debe usarse junto con una serie completa de vacunas antirrábicas. La inmunoglobulina antirrábica por sí sola no protege contra la rabia.

No necesitarás inmunoglobulina antirrábica si has recibido una vacuna antirrábica en el pasado.

Conoce más: Rabia, enfermedad que puede provocar la muerte, aprende cómo prevenirla

¿Qué debes discutir con tu proveedor de atención médica antes de recibir inmunoglobulina antirrábica?

Infórmale a tu médico si alguna vez has tenido:

  • Una reacción alérgica a un producto de inmunoglobulina humana
  • Una deficiencia de inmunoglobulina A (IgA)
  • Problemas del corazón
  • Enfermedad de las arterias coronarias (arterias obstruidas)
  • Un derrame cerebral o un coágulo de sangre
  • Un trastorno de las células sanguíneas o de la coagulación de la sangre
  • Triglicéridos altos (un tipo de grasa en la sangre)
  • Un catéter «permanente»

También debes informarle a tu médico si estás embarazada o amamantando, o si has estado postrada(o) en cama.

La inmunoglobulina antirrábica se elabora a partir de plasma humano donado y puede contener virus u otros agentes infecciosos. El plasma donado se analiza y se trata para reducir el riesgo de contaminación, pero todavía existe una pequeña posibilidad de que pueda transmitir enfermedades. Pregúntale a tu médico sobre cualquier posible riesgo.

 

Fuente: Michigan Medicine – University of Michigan Health