Las vacunas le enseñan a tu sistema inmunitario a reconocer un virus o una bacteria en particular, para que pueda vencerlos en caso de que tu cuerpo vuelva a encontrarse con la enfermedad.

Hoy en día, se utilizan cuatro tipos de vacunas:

  1. Las vacunas muertas (inactivadas) están hechas de un virus o una bacteria que no está viva.
  2. Las vacunas de virus vivos, que utilizan una versión debilitada (atenuada) de un virus o bacteria.
  3. Las vacunas toxoides provienen de una sustancia química dañina o toxina producida por bacterias o virus. Estas no te hacen inmune al germen. En cambio, te vuelven inmune a los efectos nocivos de la toxina de un germen. Por ejemplo, la vacuna contra el tétanos es un tipo de vacuna toxoide.
  4. Las vacunas de subunidades, recombinantes, de polisacáridos y conjugadas toman un componente estructural de un virus o bacteria que puede entrenar a tu sistema inmunológico para atacar esa parte del germen.

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Se utilizan otros ingredientes para mantener las vacunas seguras durante la producción, el almacenamiento y el transporte.

Tales ingredientes también pueden ayudar a que la vacuna funcione de manera más efectiva una vez que se administra. Sin embargo, estos aditivos representan una porción muy pequeña de la vacuna, e incluyen los siguientes:

  • Líquido de suspensión. El agua esterilizada, la solución salina u otros fluidos mantienen la vacuna segura durante la producción, el almacenamiento y el uso.
  • Adyuvantes o potenciadores. Estos ingredientes ayudan a que la vacuna sea más eficaz una vez que se inyecta. Ejemplos incluyen geles o sales de aluminio.
  • Conservantes y estabilizantes. Muchas vacunas se fabrican meses (incluso años) antes de usarse. Estos ingredientes ayudan a evitar que el virus, la bacteria o las piezas de proteína se descompongan y se vuelvan ineficaces. Ejemplos de estabilizadores son el glutamato monosódico (MSG) y el timerosal.
  • Antibióticos. Se pueden agregar pequeñas cantidades de medicamentos que combaten las bacterias a las vacunas, a fin de prevenir el crecimiento de gérmenes durante la producción y el almacenamiento.

Cada uno de estos ingredientes se estudia rigurosamente para garantizar la seguridad y eficacia de las vacunas.

 

Fuente: Healthline