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Las vacunas contra la neumonía, como la vacuna contra el neumococo y la vacuna contra la influenza Haemophilus tipo B (Hib) solo ayudan a proteger a las personas de estas infecciones bacterianas específicas. Esto significa que NO protegen contra ninguna neumonía causada por coronavirus, incluida la neumonía que puede surgir como consecuencia del COVID-19. Sin embargo, aunque estas vacunas no protegen específicamente contra el coronavirus causante de la nueva pandemia que actualmente aqueja al mundo, son muy recomendables para proteger a las personas contra otras enfermedades respiratorias.

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Las personas mayores, así como aquellas de edad avanzada que padecen afecciones médicas crónicas, particularmente enfermedades cardiovasculares, presión arterial alta, diabetes y enfermedad pulmonar, tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave o incluso la muerte por COVID-19, y deben participar en un estricto distanciamiento social sin demora. Este también es el caso de los pacientes o personas inmunocomprometidas debido a una afección o tratamiento que debilita su respuesta inmune.

La decisión de este grupo poblacional de brindar ayuda tanto a sus hijos como a sus nietos es difícil debido a la crisis de COVID-19. Por ello, si hay una alternativa para satisfacer las necesidades de tus seres queridos sin estar ahí, sería más seguro.

Pero si tu médico previamente ya te había pedido aplicarte esta vacuna, consulta con él o ella la posibilidad de asistir a su consultorio o a tu clínica para que la recibas y evites complicaciones extras por el neumococo y otras bacterias causantes de neumonía.

 

Vía: Harvard Medical School