Ahora que se está volviendo a la «nueva normalidad», los expertos advierten que hay que tomar todas las precauciones necesarias para prevenir los llamados eventos «supertransmisores».

Una supertransmisión de COVID-19 ocurre cuando alguien que porta SARS-CoV-2 transmite el virus a varias personas en un evento o reunión.

Por ejemplo, hasta 52 personas desarrollaron COVID-19 después de asistir a un parque en marzo en el condado de Skagit, Washington, en Estados Unidos. Tres miembros de ese grupo de gente fueron hospitalizados con la enfermedad y dos murieron. Además, en los últimos días ha habido protestas en varios estados de dicho país.

«Si hay un supertransmisor mínimamente sintomático o incluso asintomático en esta clase de reuniones, el virus se propagará a otras personas», señaló el doctor Joseph Khabbaza, especialista en neumología y cuidados críticos en el Centro de Salud Familiar Independence de la Clínica Cleveland, en Ohio.

«Ya sea que desarrollen síntomas o no, pueden transmitir el virus a otras personas más vulnerables, como sus padres, abuelos o cualquier población de alto riesgo», subrayó.

Por ejemplo, los eventos o reuniones que tienen lugar en interiores parecen presentar un mayor riesgo que los eventos al aire libre.

Además, las reuniones donde las personas se sientan o se paran juntas también parecen ser más peligrosas que aquellas donde la gente mantienen su distancia entre sí, agregó.

La transmisión del virus por el aire también puede verse facilitada por ciertas actividades, como hablar, gritar y cantar. En comparación con únicamente respirar, tales vocalizaciones producen más saliva en aerosol.

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Personas que pueden ser «supertransmisoras»

Además de los factores ambientales, las diferencias individuales entre las personas que contrajeron el virus SARS-CoV-2 causante de COVID-19 pueden afectar sus posibilidades de transmitir el virus a otras personas.

Algunos estudios han encontrado que ciertas personas emiten más gotas de saliva que el promedio cuando respiran o hablan. Estos «supertransmisores» podrían ser más propensos que otros a propagar todo tipo de virus, incluido el SARS-CoV-2.

Las personas con infecciones sintomáticas también podrían ser más propensas a transmitir el virus responsable de COVID-19, en comparación con aquellas que son portadoras y no manifiestan síntomas. Sin embargo, se requiere más investigación para confirmar dichos datos.

«Todavía no estamos seguros de esto, pero cualquier persona que tenga síntomas del virus (fiebre, escalofríos, tos, dificultad para respirar, dolor de cuerpo, dolor de garganta, etc.) debería ser capaz de propagarlo fácilmente», advirtió el doctor Christopher Worsham, médico especialista en neumología y medicina de cuidados críticos en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston (Estados Unidos).

«También es probable que haya personas que no muestran síntomas y que no saben que están infectadas, pero que todavía pueden transmitir el virus», agregó.

Pasos para limitar la propagación

Para ayudar a limitar la propagación del virus, Khabbaza y Worsham piden a la población en general continuar practicando el distanciamiento físico, lavarse las manos con frecuencia y evitar tocarse la cara tanto como sea posible.

El uso de máscaras faciales también puede reducir la propagación en la comunidad, particularmente en entornos donde las personas están en contacto cercano y sostenido entre sí (como en los espacios de trabajo), indicó Khabbaza.

Las personas que practiquen estas estrategias podrán ayudar a prevenir eventos de supertransmisión, y reducirán la cantidad de casos nuevos que ocurran conforme las empresas vuelven a abrir y las autoridades relajen las restricciones alrededor de las reuniones.

 

Vía: Healthline