Es común cuidar la piel en temporadas de calor, principalmente en primavera y verano. Sin embargo, durante el invierno, los rayos solares son más fuertes y dañan de forma severa la piel, según la dermatóloga Blanca Carlos.

En este sentido, la protección para evadir la radiación ultravioleta debe ser mayor, pues este tipo de calor provoca diversos daños, como enrojecimiento e irritación —malestares que varían en cada persona—.

“El enrojecimiento se puede presentar a la hora o a las dos horas. Esto puede llegar a ocasionar ampollas —levantamiento de capa superficial de la piel—. Además, se (presenta) en una piel joven, sobre todo en escolares. Lo peor es que puede ser una puerta abierta a cáncer de piel en un futuro”, resaltó.

Lamentablemente, el cáncer de piel ataca de forma asintomática, pues no existen manifestaciones de dolor. Éste se reconoce hasta que un dermatólogo detecta alguna lesión.

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“El paciente lo advierte con una lesión que no tenía hace poco tiempo. Es una lesión nueva que no cicatriza a pesar de que se caiga la costra. También, a través de manchas (con) un aspecto escamoso”, describió.

Pero eso no es todo. El sol de invierno puede provocar afecciones en los ojos, como cataratas. Además de fuegos labiales, a causa de la disminución de las defensas.

El tratamiento a todos estos males debe ser prescrito por un especialista. En cuanto al enrojecimiento, puedes recurrir a cremas calmantes para quitar el dolor.

Para el especialista, es importante prevenir este tipo de afecciones a través del uso de protector solar. A su vez, es esencial evitar la exposición entre la una y las tres de la tarde, pues es el momento en el que el sol pega de forma más intensa.

 

Vía: Notimex