En las personas con miopía, la distancia entre la parte delantera y trasera de cada ojo es mayor que en la parte media. Dicho aumento en el tamaño del globo ocular hace que sea más difícil enfocar objetos a la distancia. Algunas personas con dicha afección pueden correr un mayor riesgo de desarrollar otras afecciones oculares, como por ejemplo degeneración macular miópica (DMM).

La DMM, también llamada miopía degenerativa, es la causa principal de ceguera legal.

La mácula es una pequeña región situada en el centro de la retina. Cuando la retina se estira en las personas con miopía, puede provocar que las células de la mácula se degeneren.

Si se dañan las células de la mácula, las personas pueden experimentar un punto ciego en la visión central. La condición resultante es la que recibe el nombre de degeneración macular miópica.

Las causas de la DMM varían entre los individuos.

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El estiramiento excesivo puede cambiar la disposición de los fotorreceptores dentro del ojo, lo que a su vez puede afectar la visión incluso antes de que comience la degeneración.

Asimismo, pueden ocurrir cambios en ciertas proteínas como resultado del alargamiento del globo ocular. Por ejemplo, las proteínas de colágeno atípicas pueden debilitar la estructura del ojo y provocar la degeneración de la retina.

Sumado a ello, los investigadores creen que las condiciones inflamatorias pueden contribuir a la DMM. La inflamación crónica en el tejido ocular puede alterar todavía más la estructura y función del ojo.

Aunque varias investigaciones vinculan la degeneración macular y la miopía, no todas las personas con miopía experimentarán degeneración macular.

 

Fuente: Medical News Today