Las mascotas pueden ser mucho más que una compañía. En adultos mayores, el vínculo con los animales tiene un impacto positivo en el bienestar emocional, ayudando a enfrentar desafíos propios de esta etapa de la vida, como la soledad, el estrés y la pérdida de rutina.
Compañía que reduce la soledad
Uno de los beneficios más evidentes de tener una mascota es la disminución de la sensación de aislamiento. Los animales ofrecen compañía constante, especialmente en personas que viven solas, lo que ayuda a mantener una conexión emocional diaria.
Mejora del estado de ánimo
Interactuar con un perro o un gato, acariciarlos o simplemente observarlos estimula la liberación de hormonas como la oxitocina y la serotonina, asociadas al bienestar y la felicidad. Esto puede aliviar síntomas de tristeza, ansiedad o incluso depresión leve.
Establecimiento de rutinas
El cuidado diario de una mascota —alimentación, paseos, higiene— ayuda a mantener horarios y responsabilidades, algo especialmente útil para personas jubiladas o con mucho tiempo libre. Estas actividades pueden brindar estructura y propósito al día a día.
Estímulo para la actividad física y social
Pasear a un perro, por ejemplo, favorece la movilidad y el ejercicio suave, lo que beneficia la salud física. Además, puede facilitar la interacción con otras personas, promoviendo vínculos sociales que también apoyan la salud emocional.
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En resumen, las mascotas no sólo brindan afecto, también ayudan a mantener la mente activa, el cuerpo en movimiento y el corazón acompañado. Si estás considerando adoptar un animal, consulta previamente con un médico o especialista para asegurarte de que sea una decisión adecuada para tu salud y estilo de vida.