Con la edad, el sueño suele volverse más ligero y fragmentado. Es común despertarse varias veces por la noche o sentirse menos descansado al despertar. Dormir bien es fundamental para conservar la memoria, la energía y el equilibrio emocional, por lo que mantener hábitos adecuados puede marcar una gran diferencia.

1. Mantén horarios regulares

Acostarte y levantarte a la misma hora todos los días ayuda a estabilizar el reloj biológico. Esto favorece un sueño más profundo y reparador. Evita las siestas largas durante el día, ya que pueden alterar el descanso nocturno.

2. Cuida tu entorno de descanso

El dormitorio debe ser un lugar tranquilo y cómodo. Una temperatura templada, buena ventilación y poca luz contribuyen a un sueño más continuo. Si hay ruidos externos, usar tapones o música suave puede ayudar.

3. Reduce el consumo de cafeína y alcohol

El café, el té, los refrescos con cafeína y el alcohol afectan la calidad del sueño. Evita estas bebidas después del mediodía y elige infusiones relajantes, como manzanilla o valeriana, por la noche.

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4. Realiza actividad física moderada

El movimiento diario mejora la circulación y favorece el descanso. Caminar, nadar o practicar yoga ligero durante el día ayuda a conciliar el sueño más fácilmente. Sólo evita el ejercicio intenso antes de acostarte.

5. Desarrolla una rutina relajante antes de dormir

Leer, escuchar música tranquila o practicar respiraciones profundas puede reducir el estrés y preparar el cuerpo para dormir. Mantener una rutina nocturna constante le indica al cerebro que es hora de descansar.

Dormir bien no es un lujo, es una necesidad que fortalece cuerpo y mente. Adoptar estos hábitos puede ayudarte a disfrutar un descanso reparador y mejorar tu bienestar diario. ¡Hazlo por tu salud y tu energía!

 

Fuente: Mayo Clinic