intergrowth-iSegún un nuevo estudio realizado por el departamento Nuffield de Ginecología y Obstetricia de la Universidad de Oxford, las mujeres con buena nutrición, saludables y educadas que reciben cuidados prenatales tienen bebés de talla similar, a pesar de las diferencias en la raza, origen étnico o el lugar en el que viven. Por el contrario, una pobre nutrición y la mala salud podrían ser los factores que determinen grandes diferencias en el crecimiento de los bebés durante el embarazo y del tamaño promedio de los recién nacidos alrededor del planeta.

Actualmente, no todos somos iguales al nacer, pero podríamos serlo”, señaló en un comunicado el autor del estudio, el Dr. José Villar. El investigador agrega que sería posible crear un “inicio” similar para todos los recién nacidos asegurando que las madres están bien preparadas y nutridas, tratando infecciones y proveyendo de una atención prenatal adecuada. “No nos digan que nada se puede hacer. No digan que las mujeres en ciertas partes del planeta tienen niños pequeños debido a que están predestinadas a ello. Eso simplemente no es verdad”, afirmó Villar.

El estudio, publicado el día de ayer en la revista The Lancet, Diabetes y Endocrinología, encontró un vínculo entre factores como la educación materna, la salud, la nutrición y la talla de los recién nacidos. Lo anterior, a pesar de que la investigación no fue diseñada para demostrar que estos factores causaban la variaciones en el tamaño de los recién nacidos.

Los investigadores señalan que existen diferencias significativas en distintas partes del mundo en la talla de los bebés al nacer. En este sentido, agregan que los bebés que presentan una talla pequeña para su edad gestacional o malnutrición al nacer son propensos a desarrollar problemas de salud en un corto y largo plazo.

En esta investigación internacional, bautizada como INTERGROWTH-21, participaron casi 60 mil mujeres embarazadas de ocho países: Brasil, China, India, Italia, Kenya, Omán, Reino Unido y Estados Unidos. A las participantes se les realizaron ultrasonidos del inicio al final del embarazo, para poder evaluar el crecimiento de sus bebes. La misma metodología y equipo fueron utilizados en todos los países. Una vez que los bebés nacieron se les tomaron medidas de su tamaño y circunferencia de la cabeza.

El objetivo de INTERGROWTH-21, fue generar una serie de normas internacionales para describir el crecimiento óptimo de un bebé, desde el útero hasta su nacimiento. Estas normas, se plantea en el estudio, deben reflejar este crecimiento cuando las madres tienen condiciones de vida y atención adecuadas.

Con estos parámetros, se encontró que las mujeres que poseen un nivel de educación, salud y nutrición similares durante el embarazo, dan a luz a bebés que en el útero tuvieron un crecimiento similar de los huesos y al nacer presentaron una talla y una circunferencia de la cabeza similares.

Los investigadores concluyeron que el mejorar la educación, la salud y la nutrición de las mujeres en el mundo, resultaría en una mejoría de la salud de sus bebés. “El hecho de que cuando las madres tienen buena salud, los bebés crecen en el útero de una manera muy similar en todo el mundo es un mensaje de esperanza para todas las mujeres y sus familias sumamente positivo”, señaló en el comunicado de prensa el Dr. Zulfiqar Bhutta, de la Universidad Aga Khan, de Karachi, Paquistán y del Hospital para Niños Enfermos de Toronto, en Canadá.

“Pero hay un reto también. Existen implicaciones en términos de la manera en que pensamos sobre la salud pública: esto se trata de la salud y oportunidades de vida de los futuros ciudadanos en todo el planeta”, agregó Bhutta. Por ello, destacó, “todos quienes son responsables de los cuidados de salud tendrán que pensar en dar los mejores cuidados maternales y de salud infantil posibles”.

Vía: Health LibraryINTERGROWTH-21