Los suplementos de vitamina C están disponibles en diversas presentaciones, ya sea como pastillas masticables, cápsulas o líquidos. La vitamina C (en cualquier presentación) se puede tomar con las comidas o en ayunas. No existe evidencia significativa que indique que una presentación sea mejor que la otra para la absorción de nutrientes.

Sin embargo, la vitamina C es ácida. Si eres propenso(a) a la acidez estomacal o padeces una afección como diverticulitis o enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), es conveniente que tomes vitamina C con los alimentos.

Si experimentas molestias estomacales al tomar vitamina C, considera elegir comprimidos recubiertos o tamponados. Las vitaminas tamponadas contienen minerales, como el magnesio, que reducen la acidez estomacal. Estas pueden ser más suaves que las versiones sin tampón de vitamina C.

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Asimismo y ahora que llegamos al invierno, cabe destacar que no hay evidencia que indique que un aporte extra de vitamina C ayude a prevenir o curar los resfriados y la gripe. Sin embargo, tomar suplementos de 200 a 1000 miligramos (mg) al día durante la temporada de resfriados y gripe puede ayudar a reducir ligeramente el tiempo que te sientes enfermo(a) al resfriarte.

Los efectos se centran principalmente en la reducción del tiempo de duración de los síntomas graves, en lugar de aliviar los leves. También puede ayudar a quienes realizan actividad física extrema, viven en ambientes muy fríos o no obtienen suficiente vitamina C de los alimentos.

Fuente: Very Well Health