Las pruebas de audición se utilizan para averiguar si tienes o no un problema de audición y, de ser así, qué tan grave es, así lo señala la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Quizás requieras una prueba de audición si muestras síntomas de pérdida auditiva. Estos incluyen:

  • Problemas para entender lo que dicen otras personas, especialmente en un ambiente ruidoso
  • Necesidad de pedirle a la gente que repita lo que dice
  • Problemas para escuchar sonidos agudos
  • Necesidad de subir el volumen de la televisión o del reproductor de música
  • Un zumbido en tus oídos

Tu prueba de audición puede ser realizada por un médico de atención primaria o uno de los siguientes especialistas:

  • Audiólogo, un proveedor de atención médica que se especializa en diagnosticar, tratar y controlar la pérdida auditiva.
  • Otorrinolaringólogo, un médico que se especializa en el tratamiento de enfermedades y afecciones de los oídos, la nariz y la garganta.

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Existen varios tipos de pruebas de audición. La mayoría de ellas verifican tu respuesta a sonidos o palabras pronunciadas en diferentes tonos, volúmenes y/o entornos ruidosos. Las más comunes incluyen las siguientes:

  • Medidas de reflejo acústico, también llamadas reflejo muscular del oído medio (MEMR, por sus siglas en inglés), que evalúan qué tan bien responde el oído a los sonidos fuertes.
  • Prueba de tonos puros, también conocida como audiometría.
  • Pruebas de diapasón. Un diapasón es un dispositivo de metal de dos puntas que produce un tono cuando vibra.
  • Pruebas de reconocimiento de voz y de palabras. Pueden mostrar qué tan bien puede escuchar el lenguaje hablado una persona.
  • Timpanometría. Verifica qué tan bien se mueve tu tímpano.

 

Fuente: U.S. National Library of Medicine