Dormir bien no solo aporta energía para el día siguiente, también es una necesidad biológica que permite al cuerpo recuperarse, reparar tejidos y fortalecer el sistema inmunológico. La falta de descanso puede afectar el equilibrio hormonal, el estado de ánimo y aumentar el riesgo de diversas enfermedades.

El sueño como regulador del cuerpo

Durante el descanso profundo, el organismo realiza funciones esenciales: repara células, consolida la memoria y regula hormonas relacionadas con el apetito y el estrés. Dormir poco o mal puede alterar estos procesos, lo que incrementa la probabilidad de padecer obesidad, diabetes o hipertensión.

Impacto del mal descanso en la salud

Dormir menos de siete horas por noche de forma constante puede debilitar las defensas y aumentar la inflamación en el cuerpo, lo que favorece el desarrollo de enfermedades crónicas. Además, la falta de sueño afecta la concentración y el estado de ánimo, generando fatiga, irritabilidad y menor productividad.

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Claves para mejorar la calidad del sueño

Mantener horarios regulares, evitar pantallas antes de dormir y crear un ambiente tranquilo y oscuro son hábitos que ayudan a lograr un descanso reparador. Reducir el consumo de cafeína y alcohol también contribuye a mejorar la calidad del sueño.

Dormir bien es una inversión en tu salud. Descansar permite al cuerpo y a la mente recuperarse, fortaleciendo tus defensas y previniendo enfermedades a largo plazo. ¡Prioriza tu descanso, tu bienestar lo merece!

 

Fuente: Mayo Clinic