Los pólipos nasales en los niños, o pólipos pediátricos, son bultos inofensivos de tejido que crecen en las fosas nasales de tu hijo(a). Es posible que ni siquiera notes su presencia hasta que crezcan lo suficiente como para causar problemas.

Aunque estos pólipos podrían no afectar mucho a tu hijo(a), pueden reducir su sentido del olfato o dificultarle la respiración al obstruirle las fosas nasales.

Incluso si tu niño(a) no puede decirte específicamente qué le molesta, se pueden observar muchos síntomas de pólipos nasales. Si son particularmente grandes o se encuentran en la parte baja de las fosas nasales, es posible que puedas verlos observando su nariz.

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Los síntomas comunes de los pólipos nasales incluyen los siguientes:

  • Congestión nasal: Esto puede alterar el sonido de la voz de tu hijo(a) y provocar que respire por la boca.
  • Secreción nasal: Podrías observar que tu niño(a) tiene goteo nasal o que moquea con frecuencia.
  • Disminución del olfato: Tu hijo(a) podría quejarse de que no puede oler ni saborear la comida, lo cual es un efecto secundario de la disminución del olfato.
  • Ronquidos: Los pólipos nasales interfieren con el flujo de aire, lo que puede provocar ronquidos.
  • Goteo retronasal: Si tiene este goteo, es posible que escuches a tu niño(a) tragar o carraspear con frecuencia. También podría quejarse de dolor o picazón en la garganta.
  • Presión en la cara o la frente: Los pólipos nasales pueden causar una sensación de plenitud en la cara o la frente, pero no suelen ocasionar dolor.
  • Los pólipos nasales son más comunes en adultos que en niños. Pueden crecer en una o ambas fosas nasales. También tienen forma de pera o uva y suelen crecer en racimos.

Aunque los pólipos nasales son la causa más común de obstrucción nasal en los niños, puede haber otros culpables, como un tabique desviado (cuando el tabique nasal está descentrado), adenoides agrandadas (glándulas sobre el paladar, detrás de la nariz) y tumores (tanto cancerosos como no cancerosos).

 

Fuente: Very Well Health