Cuando se desarrolla artritis reumatoide (AR), se empiezan a experimentar brotes. Estos son períodos en los que los síntomas empeoran. El tratamiento puede ayudar a aliviar y reducir dichos brotes.

Antes del diagnóstico y el inicio del tratamiento, es posible que experimentes dolor y rigidez repentinos en las articulaciones afectadas. En particular, la AR tiende a afectar primero las articulaciones que conectan el dedo gordo del pie con el resto del pie, por lo que podrías notar dificultades para caminar.

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Asimismo, puedes sentirte cansado(a), perder peso o desarrollar nódulos bajo la piel. Quizás te resulte difícil realizar las tareas cotidianas.

Cuando se tiene AR, también se corre un mayor riesgo de desarrollar una infección bacteriana o viral. Esto se debe a que el sistema inmunitario ataca las propias articulaciones y tejidos, lo que le impide combatir de forma eficaz los patógenos.

Este riesgo no desaparece con el tratamiento, ya que algunos medicamentos para la AR también pueden debilitar el sistema inmunitario.

 

Fuente: Healthline