El dolor de pulgar puede presentarse por daño a diversas estructuras de la mano, incluyendo ligamentos, tendones, huesos y nervios. Las afecciones comunes que ocasionan dolor de pulgar incluyen artritis, tendinitis, pulgar en resorte, síndrome del túnel carpiano y lesiones de ligamentos. El dolor de pulgar puede aparecer de forma repentina o desarrollarse con el tiempo debido al uso excesivo de las articulaciones y músculos del pulgar.
Cuando se trata de dolor de pulgar leve, a menudo se puede aliviar con intervenciones tradicionales.
Estas pueden incluir:
- Reposo: Evita actividades que aumenten el dolor.
- Entablillado: Existen diversas férulas disponibles para sujetar el pulgar y reducir el dolor durante las actividades diarias.
- Calor o hielo: Aplicar calor o hielo en el pulgar puede ayudar a disminuir el dolor. El calor es útil para el dolor crónico o persistente al final del día, mientras que el hielo es más apropiado durante las primeras 72 horas después de una lesión de pulgar.
- Antiinflamatorios no esteroideos (AINE): Medicamentos como naproxeno e ibuprofeno pueden ayudar a reducir los síntomas del dolor de pulgar.
- Inyecciones de esteroides: Este tratamiento consiste en inyectar medicamentos antiinflamatorios directamente en el pulgar o la muñeca.
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La terapia de mano es otro tratamiento estándar para el dolor de pulgar, por lo general realizada por un terapeuta de mano certificado.
Los beneficios de trabajar con un terapeuta de mano incluyen los siguientes:
- Opciones para aliviar el dolor, como ultrasonido, láser frío y estimulación eléctrica.
- Recomendaciones personalizadas para la ferulización adecuada de tu lesión.
- Estiramientos y ejercicios de fortalecimiento personalizados para el pulgar.
Fuente: Very Well Health







