Una compresa tibia es un remedio casero fácil para aumentar el flujo sanguíneo hacia las áreas del cuerpo con dolor o infección, lo que puede reducir las molestias y acelerar el proceso de curación. Las compresas tibias pueden ser húmedas y secas. Puedes usar una compresa tibia para una amplia variedad de afecciones, como músculos doloridos, problemas oculares (especialmente para tratar un orzuelo), infecciones de oído, calambres y congestión sinusal (aunque no debes usar una compresa tibia dentro de las primeras 48 horas posteriores a una lesión muscular).

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Cuándo usar una compresa tibia seca o húmeda

Como dijimos, las compresas tibias llevan más sangre hacia una zona. Si tienes una infección, como un orzuelo o un furúnculo, el calor también puede ayudar a extraer pus de la piel, de modo que el furúnculo (bulto lleno de pus) o el orzuelo (bulto rojo en el lóbulo del ojo) pueda drenar por sí solo. Nunca revientes un forúnculo o un orzuelo.

Las compresas tibias se pueden utilizar para muchas afecciones, entre ellas:

  • Forúnculos
  • Quistes
  • Ojos secos
  • Distensión o dolor muscular (después de las primeras 48 horas)
  • Calambres menstruales
  • Infecciones sinusales
  • Orzuelos e infecciones oculares

 

Fuente: Very Well Health