La inflamación es una respuesta natural del cuerpo ante una infección o lesión. Sin embargo, cuando se vuelve crónica y no presenta síntomas evidentes, puede convertirse en un problema serio. A esto se le conoce como inflamación silenciosa, un proceso inflamatorio que ocurre de forma persistente y sutil, pero que puede dañar tejidos y órganos a largo plazo.

¿Qué la causa?

La inflamación silenciosa puede deberse a varios factores:

  • Dieta rica en azúcares, grasas saturadas y ultraprocesados.
  • Estrés crónico.
  • Falta de sueño o descanso inadecuado.
  • Sedentarismo.
  • Exposición constante a contaminantes ambientales o químicos.

Este tipo de inflamación puede pasar desapercibida durante años, y contribuye al desarrollo de enfermedades como diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y trastornos autoinmunes.

Señales que podrían indicar inflamación silenciosa

Aunque no siempre hay síntomas claros, hay ciertos indicios que pueden alertarte:

  • Fatiga constante, sin causa aparente.
  • Dolores musculares o articulares frecuentes.
  • Problemas digestivos como hinchazón, gases o estreñimiento.
  • Dificultad para concentrarse o «niebla mental».
  • Aumento de peso, especialmente en la zona abdominal.
  • Trastornos del sueño.
  • Cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad o ansiedad.

Estas señales no confirman un diagnóstico, pero pueden ser una señal de alerta que justifica una evaluación médica.

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¿Qué puedes hacer?

Para reducir la inflamación silenciosa, es importante adoptar cambios en el estilo de vida:

  • Llevar una alimentación antiinflamatoria, rica en frutas, verduras, granos integrales, pescado y grasas. saludables como el aceite de oliva.
  • Dormir al menos 7 horas por noche.
  • Realizar actividad física regularmente.
  • Reducir el estrés con técnicas como meditación o respiración consciente.
  • Evitar el alcohol en exceso, el tabaquismo y los alimentos ultraprocesados.

Consultar a un médico es fundamental si presentas varios de estos síntomas. Un análisis de sangre puede ayudar a detectar marcadores inflamatorios como la proteína C reactiva (PCR). Cuidar tu cuerpo desde hoy puede prevenir enfermedades silenciosas que afectan tu calidad de vida a largo plazo.

 

Fuente: Harvard Health Publishing