La deshidratación puede aparecer más rápido de lo que imaginas, sobre todo en días calurosos, durante la actividad física o cuando no se consume suficiente agua. Identificar sus primeras señales permite actuar a tiempo y evitar complicaciones, ya que incluso los niveles leves pueden afectar tu energía, concentración y bienestar general.

Aquí se explican los síntomas más comunes y cómo diferenciarlos.

1. Señales de deshidratación leve

En esta etapa, el cuerpo comienza a mostrar cambios sutiles. La sed constante, la boca seca y una ligera disminución en la cantidad de orina suelen ser los primeros indicadores de que el organismo requiere más líquidos.

También puede aparecer cansancio, dolor de cabeza y dificultad para concentrarse. Prestar atención a estas manifestaciones ayuda a prevenir que la deshidratación avance.

2. Señales de deshidratación moderada

Cuando la falta de agua continúa, los síntomas se intensifican. La orina se vuelve más oscura, puede aparecer mareo, mayor debilidad y una sensación marcada de fatiga, especialmente después de actividades cotidianas.

Algunas personas también experimentan palpitaciones o piel más fría de lo normal. Estas señales indican la necesidad inmediata de reponer líquidos y electrolitos.

3. Factores que pueden empeorar la deshidratación

El calor extremo, la fiebre, el ejercicio intenso o ciertas enfermedades gastrointestinales pueden acelerar la pérdida de líquidos. Cuando estos factores están presentes, el riesgo de progresar a una deshidratación moderada o severa aumenta, por lo que es fundamental mantenerse atento a los cambios físicos.

Conoce más: Beber agua mineral, ¿mejora la salud cardíaca?

Reconocer estas señales tempranas te permite actuar de inmediato y cuidar tu salud. Hidratarte con frecuencia, sobre todo en situaciones de mayor demanda, es una manera sencilla y efectiva de mantener tu bienestar diario, ¡cuídate!

 

Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos