Los suplementos pueden ofrecer beneficios cuando se utilizan de forma adecuada, pero usar productos sin comprender su composición o sus indicaciones aumenta el riesgo de efectos adversos, interacciones y excesos innecesarios.

Leer las etiquetas con atención es una herramienta fundamental para el uso seguro de estos productos y para tomar decisiones informadas sobre tu salud.

1. Identifica el ingrediente principal y su cantidad

Lo primero es saber qué contiene realmente el suplemento. Verifica el nombre del ingrediente y la cantidad por porción, ya que no todos los productos ofrecen la misma dosis. Esto te ayuda a comparar entre opciones y a saber si la cantidad corresponde con lo recomendado para tus necesidades.

2. Revisa la lista completa de ingredientes adicionales

Además del ingrediente principal, muchos suplementos incluyen rellenos, colorantes o sustancias que pueden provocar reacciones en personas sensibles. Conocer todos los componentes te permite evitar aditivos innecesarios o potencialmente alergénicos.

3. Observa las instrucciones de uso y las advertencias

Las etiquetas incluyen indicaciones sobre cuándo y cómo tomar el producto. Leer las instrucciones y advertencias te ayuda a evitar sobredosis, tomarlo en momentos inadecuados o combinarlo con otros suplementos o medicamentos sin orientación profesional.

4. Verifica la información nutricional completa

La tabla nutricional muestra aporte de calorías, vitaminas, minerales y otros componentes. Entender esta información te permite saber si el suplemento aporta nutrientes esenciales en proporciones seguras y si puede estar duplicando dosis que ya obtienes con tu alimentación.

5. Busca certificaciones y sellos de calidad

Algunos suplementos cuentan con certificaciones de organismos independientes que avalan su calidad y seguridad. La presencia de sellos de control puede brindarte mayor confianza sobre la pureza y la veracidad de lo declarado en la etiqueta, aunque siempre conviene consultar con un profesional de la salud.

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Leer etiquetas no es un trámite menor, es una práctica responsable que ayuda a prevenir riesgos y a usar suplementos de forma segura y consciente. Tomarte unos minutos para comprender la información de cada producto te permite proteger tu salud y elegir opciones que se ajusten a tus necesidades reales.

 

Fuente: National Institutes of Health