Muchas cosas que respiramos, como el polen o la contaminación, pueden desencadenar un ataque de asma, una enfermedad pulmonar crónica causada por la inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias. De acuerdo con los expertos, los desencadenantes varían, pero a la mayoría de las personas con asma les molesta respirar aire frío, el cual enfría y deshidrata las vías respiratorias. Esto hace que se contraigan y sufran espasmos, lo que se conoce como broncoconstricción.

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Es más fácil decir que debes evitar los desencadenantes que realmente poder hacerlo cuando se vive en un clima frío. Si este es tu caso, intenta realizar actividades al aire libre durante las horas más cálidas del día. Antes de salir al exterior durante más de unos minutos, usa un inhalador de rescate. Cuando estés al aire libre, usa una mascarilla, pues te ayudará a reducir los síntomas al calentar y humedecer el aire antes de que entre en los pulmones.

Sumado a lo anterior, continúa con las terapias que haya recetado tu médico para el asma; mantente alejado(a) de la contaminación intensa, como el humo de las fogatas; y evita las enfermedades virales lavándote las manos y utilizando mascarilla cuando estés cerca de personas enfermas.

Fuente: Harvard Medical School