Los microplásticos son pedacitos muy pequeños de plástico que están en el agua, los alimentos e incluso el aire. Pueden entrar a tu cuerpo sin que lo notes, pero hay formas de reducirlos. Una buena idea es usar botellas reutilizables de acero inoxidable o vidrio en lugar de botellas de plástico desechables, ya que estas pueden liberar microplásticos con el tiempo.
Cuando compres comida, elige productos frescos como frutas y verduras en lugar de alimentos enlatados o empaquetados en plástico. También, evita calentar comida en envases de plástico en el microondas, porque el calor puede hacer que se desprendan microplásticos. Usa recipientes de vidrio o cerámica para calentar tus alimentos.
Otra manera de protegerte es filtrando el agua que bebes con un filtro casero, que puede atrapar pequeñas partÃculas. Cambia los plásticos de un solo uso, como popotes o bolsas, por opciones reutilizables. Estos pequeños cambios no solo cuidan tu salud, sino también el medio ambiente.