Cuando alguna condición neurológica (del sistema nervioso) afecta la vejiga, la afección se conoce como vejiga neurogénica, así lo señala la Clínica Cleveland, en Estados Unidos.

Existen dos tipos principales de problemas de control de la vejiga que están asociados con una vejiga neurogénica. Dependiendo de los nervios involucrados y la naturaleza del daño, la vejiga se vuelve hiperactiva (espástica o hiperreflexiva) o hipoactiva (flácida o hipotónica).

Causas

La vejiga neurogénica puede ser congénita (se presenta desde el nacimiento). Los defectos congénitos que pueden causar vejiga neurogénica incluyen:

  • Espina bífida (mielomeningocele): este trastorno ocurre cuando la columna vertebral del feto no se desarrolla por completo durante el primer mes de embarazo. Los bebés que nacen con mielomeningocele suelen tener parálisis o debilidad que afecta el funcionamiento de la vejiga.
  • Agenesia sacra: condición en la que faltan partes de la columna lumbar.
  • Parálisis cerebral: es un grupo de trastornos crónicos (a largo plazo) que debilitan la capacidad de una persona para controlar el movimiento corporal y la postura. Estos trastornos son el resultado de lesiones en las áreas motoras del cerebro. El problema que causa la parálisis cerebral puede ocurrir mientras el bebé todavía se encuentra en el útero o después del nacimiento. La parálisis cerebral no siempre se detecta durante el primer año de vida de un niño.

Asimismo, varias afecciones médicas pueden causar vejiga neurogénica, incluyendo las siguientes:

  • Infarto cerebral
  • Enfermedad de Parkinson
  • Esclerosis múltiple
  • Lesiones de la médula espinal
  • Cirugías de columna
  • Disfunción eréctil
  • Traumatismos/accidentes
  • Tumores del sistema nervioso central
  • Envenenamiento por metales pesados

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Síntomas

El síntoma más común de la vejiga neurogénica es la imposibilidad de controlar la micción (necesidad de orinar). Otros síntomas incluyen:

  • Un chorro de orina débil o goteo
  • Micción frecuente (orinar ocho o más veces al día)
  • Urgencia (una sensación o necesidad de orinar inmediatamente)
  • Micción dolorosa, que puede indicar que hay una infección del tracto urinario

Diagnóstico y tratamiento

Un médico hará un examen y puede ordenar varias pruebas del sistema nervioso y de la vejiga para confirmar, o descartar, el diagnóstico de vejiga neurogénica. Los tratamientos son diversos y dependerán de la situación específica del paciente, los cuales pueden ir desde el uso de medicamentos para mejorar la función de la vejiga hasta inyecciones de toxina botulínica A o cambios en el estilo de vida.

Si quieres saber más sobre la vejiga neurogénica o has mostrado algún síntoma de la afección, consulta a tu médico.

 

Fuente: Cleveland Clinic