La forma más común de cálculos renales es el oxalato de calcio, que representa alrededor del 32 al 46% de los casos.

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Aunque no existe una causa específica para desarrollar cálculos renales, existen ciertos factores que aumentan su riesgo, los cuales incluyen los siguientes:

  1. Deshidratación crónica (por ejemplo, por poca ingesta de líquidos o sudoración excesiva).
  2. Consumir una dieta rica en proteínas, oxalatos, ácido fosfórico, fructosa, sal y azúcar.
  3. Obesidad.
  4. Ciertos medicamentos (por ejemplo, antibióticos, diuréticos, laxantes, sulfonilureas, bloqueadores de los canales de potasio, etc.).
  5. Uso excesivo de ciertos suplementos como la vitamina C.
  6. Genética y antecedentes familiares de cálculos renales.
  7. Infecciones recurrentes del tracto urinario (ITU).
  8. Comorbilidades (por ejemplo, presión arterial alta, gota, enfermedad del hígado graso no alcohólico, enfermedad gastrointestinal, hiperparatiroidismo, nefrocalcinosis, sarcoidosis).
  9. Ciertos procedimientos quirúrgicos como el bypass gástrico.

Una persona con cálculos renales puede presentar dolor abdominal o de espalda a medida que el cálculo renal viaja desde los riñones hasta la vejiga. También puede experimentar náuseas, vómitos, malestar general, fiebre, escalofríos y sangre en la orina.

 

Fuente: Healthline