La tasa de mortalidad por COVID-19 de la ciudad de Nueva York se duplicó en comparación con la de algunos países, y las personas más viejas de dicha metrópoli mostraron el mayor riesgo de muerte, así lo reveló un estudio preliminar realizado por investigadores de la Universidad de Columbia y del Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de Nueva York.

Para ello, utilizaron un modelo computacional para analizar más de 191,000 casos de COVID-19 confirmados por laboratorio, junto con más de 20,000 muertes confirmadas y probables de COVID-19 en la ciudad de Nueva York, haciéndolo del 1 de marzo al 16 de mayo.

Durante ese tiempo, la tasa de mortalidad de la ciudad fue de 1.45%, lo que significa que entre el 1% y 2% de los neoyorquinos infectados con COVID-19 fallecieron.

La cifra representa más del doble de la tasa registrada en otros lugares. Por ejemplo, las tasas de mortalidad por COVID-19 en China y Francia, de donde provienen la mayoría de las estimaciones, fueron de alrededor del 0.7%, dijeron los investigadores.

Hasta el momento, la tasa de mortalidad de Estados Unidos no está del todo clara, añadieron los expertos.

También descubrieron que la tasa de mortalidad por COVID-19 de la ciudad de Nueva York fue más alta entre las personas de 75 años o más (13.83%) y en aquellas que tenían entre 65 y 74 años de edad (4.67%).

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«Estas terribles estimaciones resaltan la gravedad de la COVID-19 en las poblaciones de edad avanzada y la importancia de la prevención de infecciones en entornos congregados», señalaron los autores dirigidos por Wan Yang, profesor asistente de epidemiología en la Escuela de Salud Pública Mailman de Columbia.

«Por lo tanto, la detección temprana y el cumplimiento de la guía de control de infecciones en los centros de atención a largo plazo y de cuidado de adultos deben ser una prioridad para combatir la COVID-19 conforme continúe avanzando la pandemia», indicaron los investigadores.

Las tasas de mortalidad por infección fueron de 0.011% entre los menores de 25 años y de 0.12% en personas de 25 a 44 años.

Sin embargo, los investigadores advirtieron que el riesgo para los jóvenes no debe tomarse a la ligera. Algunos niños han desarrollado el síndrome inflamatorio multisistémico después de haberse infectado.

Yang y sus colegas apuntaron que los sistemas de salud públicos y privados en la ciudad de Nueva York son más fuertes que muchos otros lugares en Estados Unidos, por lo que las tasas de mortalidad de COVID-19 podrían ser todavía más altas en otras partes del país y en otras naciones.

«Por lo tanto, es crucial que los funcionarios tomen esto en cuenta y controlen de cerca la tasa de infección junto con los resultados de salud de la población, y que emitan respuestas rápidas de salud pública en consecuencia conforme avance la pandemia», enfatizaron los autores.

«Debido a que la pandemia continúa desarrollándose y las poblaciones en muchos lugares del mundo continúan siendo bastante susceptibles, comprender la gravedad, en particular de la tasa de mortalidad por infección, será crucial para medir el impacto total de la COVID-19 durante los próximos meses o años», concluyeron los expertos.

 

Vía: Health Day News