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La nueva vacuna rusa contra el COVID-19 generó anticuerpos en docenas de participantes, así lo reveló una investigación publicada el viernes pasado en la revista The Lancet.

Aunque la vacuna ha generado efectos secundarios como fiebre, estos fueron en su mayoría leves, reportaron los científicos.

Rusia fue ampliamente criticada cuando aprobó el uso de la vacuna antes de que se completaran los ensayos clínicos de fase 3. En pequeños estudios anteriores, la vacuna produjo anticuerpos en los 76 participantes.

El nuevo trabajo encontró que los niveles de anticuerpos del sistema inmunológico generados por la vacuna eran similares a los que tienen las personas después de recuperarse del COVID-19.

Brendan Wren, profesor de patogénesis microbiana en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (Reino Unido), dijo que «los datos sobre los estudios de la vacuna rusa informados en The Lancet son alentadores», pero que aún se necesitan ensayos de fase 3 (que midan seguridad y eficacia) más grandes para confirmar la vacuna. Wren no estuvo involucrado en el estudio.

En el estudio, el 50% de los participantes desarrolló fiebre y el 42% desarrolló dolores de cabeza después de recibir la inyección. Además, alrededor del 28% experimentó debilidad y el 24% tuvo dolor en las articulaciones. Pero estos síntomas fueron de corta duración, comentaron los investigadores.

El equipo de investigación ruso, del Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología de Gamaleya, en Moscú, recibió la aprobación el 26 de agosto para realizar un ensayo de fase 3, que se espera que incluya a 40,000 voluntarios.

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Los grupos de alto riesgo ya están recibiendo la vacuna, informó Kirill Dmitriev, director del Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF) que está financiando la investigación de vacunas rusas, informó CNN.

El equipo de Gamaleya está utilizando el mismo enfoque que los equipos de desarrollo de vacunas de la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca. La vacuna se administra en dos dosis, cada una con un adenovirus distinto.

Los adenovirus incluyen virus que causan el resfriado común. Los científicos están utilizando estos virus en las vacunas contra COVID-19 porque tienen componentes que imitan la proteína «espiga» que se encuentra en la superficie del SARS-CoV-2, el nuevo coronavirus. Esto debería ayudar al sistema inmunológico de quienes reciben la vacuna para que generen una buena respuesta contra el SARS-CoV-2.

«El uso de dos adenovirus diferentes ofrece una ventaja teórica», refirió Paul Offit, vacunólogo de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia.

Rusia ha dicho que planea comenzar la vacunación masiva en octubre, y el personal médico y los maestros de primera línea del país serán los primeros en recibir las vacunas.

Sin embargo, las encuestas sugieren que aproximadamente la mitad de los ciudadanos rusos siguen siendo escépticos sobre la vacuna. Hace dos meses, el 90% de la población se mostraba con dudas.

Rusia no es el único país que se encuentra acelerando el desarrollo de una vacuna: China aprobó una vacuna experimental en junio. A partir de julio y agosto, el país asiático comenzó a administrar la vacuna a personas que laboran en trabajos de «alto riesgo», como profesionales médicos de primera línea e inspectores fronterizos.

 

Vía: Health Day News