Se denominan anomalías congénitas a aquellos problemas de salud que se desarrollan en algunos bebés cuando aún se encuentran dentro del vientre materno.

Algunas de estas anomalías se deben a problemas en la formación de órganos y partes del cuerpo, su funcionamiento y cómo los cuerpos trasforman los alimentos en energía.

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Se calcula que existen más de cuatro mil tipos diferentes de anomalías congénitas, las cuales van de leves (no requieren tratamiento alguno) a graves (provocan discapacidades y/o requieren tratamiento médico o quirúrgico).

Causas

En la mayoría de los casos, los médicos desconocen la causa exacta de una anomalía congénita. Aproximadamente el 50% de las anomalías no pueden ser asignadas a una causa específica.

Cuando sí se conoce la causa, puede ser consecuencia de alguno de los siguientes factores:

-Socioeconómicos y demográficos.

-Genéticos.

-Infecciones (como la sífilis o la rubéola).

-Estado nutricional de la madre (carencias de yodo y folato, el sobrepeso y las enfermedades como la diabetes están relacionadas con algunas anomalías).

-Factores ambientales (exposición materna durante el embarazo a determinados plaguicidas, productos químicos, ciertos medicamentos, alcohol, tabaco y la radiación).

Prevención

Es importante que quienes estén planeando convertirse en padres, conozcan que algunas anomalías congénitas se pueden prevenir. La prevención primaria de estos problemas de salud implica:

-Mejorar la dieta de las mujeres, garantizando un aporte suficiente de vitaminas y minerales, en especial de ácido fólico, mediante el suministro diario de complementos por vía oral o el enriquecimiento de alimentos básicos.

-Asegurar que las mujeres embarazadas eliminen o restrinjan el consumo de sustancias nocivas, particularmente el alcohol.

Controlar la diabetes preconcepcional y gestacional, a través de asesoramiento, control del peso, dieta y administración de la insulina cuando sea necesario.

Evitar la exposición ambiental durante el embarazo a sustancias peligrosas, como los metales pesados y los plaguicidas.

-Garantizar que durante el embarazo la exposición a los medicamentos y a radiaciones por razones médicas esté justificada, basándose en un análisis cuidadoso.

Mejorar la cobertura de vacunas, en especial contra el virus de la rubéola.

 

Vía: Organización Mundial de la Salud (OMS)