Las condiciones físicas del recién nacido están determinadas por numerosos factores que influyen durante el crecimiento del bebé dentro del útero, y de éstos, los que existen antes del parto afectan al feto más que los que se presentan en forma aguda durante el mismo.
Factores como la falta de cuidados prenatales, la mala nutrición de la madre, las infecciones maternas, particularmente las que no son debidas a agentes virales, y la implantación defectuosa, actúan de manera negativa en el futuro bebé.
Con frecuencia, las madres que pertenecen a clases socioeconómicas bajas tienen niños con bajo peso al nacer y nacimientos prematuros, lo que a su vez se asocia con altos índices de morbilidad y mortalidad durante el periodo neonatal e infantil. No es clara la influencia de la clase social, pero las condiciones de nutrición, el hacinamiento y los embarazos seguidos suelen afectar el peso del niño.
Es por lo anterior que en los diversos países se han hallado diferencias en el peso de los recién nacidos, las cuales se derivan de varias causas. Algunas de ellas incluyen a la hipoxia y sus complicaciones, que parecen ser más frecuentes en los fetos que son pequeños con respecto a su edad de gestación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido el límite de 2,500 gr y de 37 semanas de gestación para definir al recién nacido de bajo peso y al prematuro. No obstante, al tener en cuenta las semanas de gestación, no deben confundirse los prematuros con menos de 37 semanas con los bebés que con 37 o más semanas de gestación tienen peso igual o menor que 2,500 gr. Estos son los que, durante el tercer trimestre de embarazo, han tenido un ritmo de crecimiento anormalmente lento.
En un estudio del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, realizado en mujeres embarazadas residentes del Valle del Mezquital, en el municipio de Ixmiquilpan, Hidalgo, se hallaron diversos factores que promueven la prevalencia de tasas de mortalidad y morbilidad neonatal elevadas.
El primero de ellos fue la edad a la cual tienen hijos, usualmente antes de los 20 años e incluso habiendo tenido múltiples partos. La edad juvenil de la madre se considera como un factor de riesgo, y existe un acuerdo generalizado en considerar que la preeclampsia y el bajo peso neonatal son más comunes en madres adolescentes que en las de mayor edad. El segundo involucró a la alta natalidad, con un promedio de cerca de seis hijos vivos por mujer, lo que da como consecuencia una mortalidad perinatal e infantil también alta. Asimismo, la mala nutrición producto de las malas condiciones económicas y el alcoholismo producto del consumo de pulque desde la niñez, ocasionan un retraso en el crecimiento fetal intrauterino.
Además, debe considerarse que muchas veces la muerte fetal y los accidentes de parto se deben a la falta de asistencia médica durante el embarazo. Las mujeres del Mezquital acuden a recibir atención hospitalaria de último minuto, y la única ventaja que tienen es la ayuda en el trabajo de parto y los primeros cuidados del recién nacido
Estos y otros datos siguen demostrando que la mujer que habita en áreas rurales no reconoce todavía la necesidad y la ventaja de la atención médica durante el embarazo.
Vía: Académica
