Los cálculos renales son pequeños depósitos sólidos similares a piedritas, que se forman a partir de sustancias químicas en la orina. Dicha formación suele ocurrir en los riñones cuando los altos niveles de ciertas sustancias, como por ejemplo minerales o sales, entran en la orina, así lo indica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Un análisis de cálculos renales es una prueba que determina de qué está hecho un cálculo renal.

Según la Biblioteca, existen cuatro tipos principales de cálculos renales:

  • Calcio, el tipo más común de cálculos renales.
  • Ácido úrico, otro tipo común de cálculo renal.
  • Estruvita, un cálculo menos común causado por infecciones del tracto urinario.
  • Cistina, un tipo raro de piedra que tiende a aparecer en algunas familias.

Los cálculos renales pueden ser tan pequeños como un grano de arena o tan grandes como una pelota de golf. Muchas piedras pasan a través de tu cuerpo cuando orinas. Los cálculos más grandes o de formas extrañas pueden quedar atrapados dentro del tracto urinario y quizás requieran tratamiento. Aunque los cálculos renales rara vez causan daños graves, sí pueden ser muy dolorosos.

Si has tenido un cálculo renal en el pasado, es probable que vayas a tener o ya tengas otro. Un análisis de cálculos renales aporta información sobre la composición química de un cálculo. Esto puede ayudar a tu proveedor de atención médica a desarrollar un plan de tratamiento para reducir tu riesgo de que se formen más cálculos.

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¿Qué ocurre durante un análisis de cálculos renales?

Recibirás un colador de cálculos renales de tu proveedor de atención médica, o deberás adquirirlo en una farmacia. Dicho colador es un dispositivo hecho de malla fina o gasa. Se usa para filtrar tu orina. También recibirás o se te pedirá que compres un recipiente limpio para guardar tu piedra. Según la Biblioteca, para recoger tu cálculo renal para el análisis, debes hacer lo siguiente:

  • Filtra toda tu orina a través del colador.
  • Cada vez que orines, revisa el colador cuidadosamente para detectar partículas. Recuerda que un cálculo renal puede ser muy pequeño. Puede parecer un grano de arena o un pequeño trozo de grava.
  • Si encuentras una piedra, colócala en el recipiente limpio y deja que se seque.
  • NO agregues ningún líquido, incluida tu orina, en el recipiente.
  • NO agregues cinta ni pañuelos a la piedra.
  • Devuelve el contenedor a tu proveedor de atención médica o laboratorio según las instrucciones que se te hayan dado.

Si tu cálculo renal es demasiado grande para que pase por tu tracto urinario, es posible que necesites un procedimiento quirúrgico menor que permita extraer la piedra para la prueba.

RECUERDA: No necesitas ninguna preparación especial para un análisis de cálculos renales, ni tampoco implica ningún riesgo realizarla.

Si tienes más dudas sobre esta prueba, acude con tu médico urólogo a la brevedad.

 

Vía: Medline Plus