Existen enfermedades relacionadas con la vida adulta y sus malos hábitos. Una de ellas es el reflujo gastroesofágico, el cual tiende a surgir a causa del consumo de alcohol, la obesidad o el tabaquismo, por mencionar algunos.
Sorprendentemente, los niños también pueden padecer esta afección. Para entender esto, es importante aclarar que reflujo y enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) no son lo mismo. El primero ocurre cuando los alimentos en el estómago vuelven al esófago; en tanto, el segundo engloba un tipo de reflujo más grave y duradero.
La primera señal para distinguirlos es la frecuencia con la que ocurren. Es decir, si un menor presenta reflujo más de dos veces por semana, durante varias semanas, podrÃa tratarse de un caso de ERGE.
¿Por qué le ocurre a los niños?
Existe un músculo —esfÃnter esofágico inferior— que actúa como válvula entre el esófago y el estómago. Cuando el niño come, este músculo se relaja para dejar que los alimentos pasen al estómago, el resto del tiempo permanece cerrado. En los niños con reflujo o ERGE, el esfÃnter se debilita; como consecuencia, el contenido del estómago vuelve al esófago.
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Causas
- Hernia de hiato —la parte alta del estómago se extiende hacia arriba por una abertura en el diafragma—.
- Presión sobre el abdomen por sobrepeso u obesidad.
- Algunas medicinas para el asma o las alergias, analgésicos, sedantes y antidepresivos.
- Fumar o exponerse al humo de segunda mano.
- CirugÃa previa en el esófago.
- Retraso del desarrollo severo.
- Ciertas condiciones neurológicas.
Afortunadamente, en la mayorÃa de los casos se trata de reflujo y no de ERGE. Para recibir un diagnóstico adecuado, es recomendable visitar a un especialista. Los sÃntomas son clave, habla con tu pequeño y anÃmalo durante las pruebas recomendadas.
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