Cientos de millones de personas escucharon los consejos recientes de las autoridades y se apresuraron a utilizar máscaras faciales o cubrebocas de tela, a fin de poder evitar la transmisión del nuevo coronavirus.

Sin embargo, existe otra alternativa: el protector facial de plástico transparente, que ya está en uso por parte de muchos profesionales de la salud, e incluso por algunos ciudadanos comunes.

Ahora, un equipo de expertos afirma que los protectores faciales podrían reemplazar a las máscaras/cubrebocas como un elemento de protección más cómodo y efectivo contra el COVID-19.

«Los protectores faciales, que pueden producirse y distribuirse de manera rápida y asequible, deben incluirse como parte de las estrategias para reducir de manera segura y significativa la transmisión en el entorno comunitario», reportaron médicos de la Universidad de Iowa en un estudio publicado esta semana en la revista Journal of the American Medical Association.

Los especialistas, dirigidos por el doctor Eli Perencevich, del departamento de medicina interna de la citada universidad y miembro del Sistema de Atención de Salud VA de Iowa City, dijeron que el momento del protector facial podría haber llegado.

Mientras los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) comenzaron a recomendar el uso de máscaras de tela para ayudar a detener la transmisión del COVID-19 en abril, las pruebas de laboratorio «sugieren que las máscaras de tela aportan solo algo de filtración de partículas de aerosol del tamaño de un virus».

Según el grupo de Perencevich, «los protectores faciales pueden fungir como una una mejor opción».

Para ser más efectivo en detener la propagación viral, un protector facial debe extenderse por debajo de la barbilla. También debe cubrir las orejas y «no debe haber un espacio expuesto entre la frente y el casco del escudo», afirmaron los médicos.

Los protectores tienen una serie de ventajas sobre las máscaras, agregaron. En primer lugar, son infinitamente reutilizables, simplemente requieren limpieza con agua y jabón o desinfectantes comunes. Los escudos suelen ser más cómodos de usar que las máscaras, y forman una barrera que evita que las personas se toquen fácilmente la cara.

Al hablar, las personas suelen bajarse la máscara o cubrebocas para facilitar dicha acción, pero eso no es necesario con un protector facial. Y «el uso de estos protectores también es un recordatorio para mantener el distanciamiento social, pero permite la visibilidad de las expresiones faciales y los movimientos de los labios para la percepción del habla», señalaron los autores.

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Capacidad de un protector facial para prevenir la transmisión del coronavirus

Según el equipo de Iowa, todavía no se han realizado estudios a gran escala. No obstante, «en un estudio de simulación, se demostró que los protectores faciales reducen la exposición viral inmediata en un 96% cuando los utiliza un trabajador de la salud simulado dentro de los 20 cm de una tos».

«Cuando la investigación se repitió a la distancia física recomendada entre personas de 2 metros, los protectores faciales redujeron el virus inhalado en un 92%», destacaron los autores.

Aún no se han realizado estudios que definan la eficacia de los protectores faciales para evitar que el virus exhalado o tosido se propague hacia afuera de un usuario infectado, subrayaron Perencevich y sus colegas, por lo que esperan que se realicen estudios sobre el tema.

Asimismo, enfatizaron que los protectores faciales solo deberían ser una acción más que refuerce el control de infecciones, junto con el distanciamiento social y el lavado de manos.

Los autores recalcaron que nunca habrá ninguna intervención, ni siquiera una vacuna, que pueda garantizar una efectividad del 100% contra el coronavirus, por lo que los protectores faciales no deben ajustarse a ese estándar.

El doctor Robert Glatter está en primera línea de la pandemia COVID-19 en su papel de médico de emergencias en el Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York. Leyendo el nuevo informe, estuvo de acuerdo en que las medidas de «sentido común» son cruciales para frenar las infecciones.

«Un enfoque que tiene más sentido, especialmente a la luz de las limitaciones de las máscaras faciales y los revestimientos faciales, es el uso de protectores faciales», dijo Glatter.

«Si bien no tenemos pruebas o datos sobre la eficacia de los protectores faciales en este momento, los datos iniciales sobre su uso en pacientes con influenza [que se propaga por gotitas] son ​​prometedores», aseguró Robert Glatter, médico de emergencias en el Hospital Lenox Hill, en Nueva York, tras revisar el nuevo estudio. «Lo que está claro es que su éxito en los entornos hospitalarios brindará la base de su utilidad en el entorno comunitario conforme se vayan relajando las medidas de distanciamiento físico en el futuro».

 

Vía: Health Day News