Los resultados de un estudio piloto sugieren que las adolescentes embarazadas que participan en un programa de prevención de la depresión postparto (DPP) serían un 50% menos propensas que el resto a deprimirse durante los meses posteriores al parto.
Las madres adolescentes tienen mucho más riesgo de padecer DPP que una mujer adulta, según escribe en American Journal of Obstetrics and Gynecology el equipo de la doctora Maureen Phipps, del Hospital de las Mujeres y los Niños de Providence, Rhode Island.
Ya se había demostrado que el 25-36 por ciento de las madres adolescentes desarrollan DPP versus el 15-18 por ciento de las madres adultas.
«La DPP pone en riesgo a las adolescentes y sus hijos durante un período difícil de sus vidas y eso sería un determinante clave de malos resultados en esas jóvenes y sus niños», escriben los autores”.
REACH
El equipo desarrolló el programa REACH (relajación, estímulo, aprecio, comunicación, predisposición) para abordar aquello que eleva el riesgo de DPP. El programa consta de cinco sesiones de una hora en el tercer trimestre de gestación y un «refuerzo» después del parto. A partir del modelo de psicoterapia interpersonal, se concentra en la comunicación y el apoyo social, según explicó Phipps.
«Esencialmente, incluye mucho de actuación de roles para ayudar a las adolescentes a aprender a comunicarse y desarrollar su propia red de apoyo de manera más efectiva», dijo.
El equipo seleccionó a 106 adolescentes embarazadas que, al azar, participaron en el programa REACH o en un programa orientado a la educación prenatal. En los seis meses posteriores al parto, 13 de las 52 participantes (25 por ciento) del grupo control habían tenido una crisis de depresión mayor, comparado con 6 de las 48 participantes (12,5 por ciento) del programa REACH.
Nuevos estudios, nuevas esperanzas
Phipps recibió fondos para realizar otro estudio sobre el programa REACH con más de 300 adolescentes embarazadas. «Necesitamos un grupo más grande de adolescentes para demostrar que el efecto es sostenido y estadísticamente significativo», precisó la autora.
Consideró que el principal beneficio del programa es que está muy estructurado y lo pueden implementar profesionales no médicos de una clínica. «El estudio demuestra que se puede prevenir la DPP y que debemos comprenderla aún más para mejorarle la vida a las madres adolescentes, a sus bebés y sus futuras familias», sostuvo Phipps.
Prevención del embarazo adolescente
Mientras que la mejor estrategia para prevenir la DPP sigue siendo la prevención del embarazo adolescente, la autora señaló que las adolescentes que quedan embarazadas y tienen a sus bebés necesitan apoyo para mejorar sus vidas y darles a sus bebés el mejor comienzo posible.
«Este grupo de madres primerizas es especialmente vulnerable», aseguró Phipps.
Fuente: Reuters Health
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