Es común que la emoción por cargar a un bebé lleve a moverlo de un lado a otro a modo de juego, pero ¿sabías que puedes ocasionarle graves lesiones? De acuerdo con especialistas en salud, sujetar bruscamente o sacudir de forma enérgica a un bebé puede causarle problemas cerebrales y oculares graves.

Esta acción y consecuencia es conocida como el síndrome del niño sacudido. Aunque muchas personas no lo saben, el cráneo frágil y flexible de los bebés no está lo suficientemente fortalecido para absorber esa fuerza, misma que se transmite al cerebro y luego rebota contra el cráneo.

Consecuencias

  1. Contusión cerebral.
  2. Hinchazón.
  3. Presión y sangrado.
  4. Problemas en el cuello y columna vertebral.
  5. Daños en en sus ojos —que llegan a producir hemorragias en la retina—.

Por esta razón, los padres deben evitar que sus pequeños sean sacudidos bruscamente, especialmente si son menores de dos años de edad. Algunos cambios en la conducta de los infantes, como irritabilidad, letargo y ausencia de sonrisa, pueden alertar sobre daños a causa del síndrome del niño sacudido.

Otras señales

  • Piel pálida o azulada.
  • Vómitos.
  • Convulsiones y pérdida del conocimiento.
  • Problemas de respiración.
  • Falta de apetito y dificultad para levantar o voltear la cabeza.

Es sumamente importante que las familias estén conscientes de las consecuencias que traen consigo los juegos bruscos, como aventar hacia arriba a los menores y luego atraparlos. “Es fundamental no sacudir a los niños, ni por juego ni mucho menos por enojo”, recalcaron los expertos.

Si tienes dudas, consulta al médico especialista de tu bebé.

 

Vía: Notimex