Si a alguno de nosotros nos pusieran a oler u olfatear cosas, o mejor dicho, los olores que éstas emiten nos preguntarÃamos: ¿cuál es la finalidad de esto? Aunque no lo crean, analizar los olores que provienen de alguna fuente en particular nos permite saber si dicha fuente puede causar algún daño a nuestra salud. Un claro ejemplo de esto en nuestra dÃa a dÃa es cuando se nos echa a perder la comida; una vez que la olemos sabemos de inmediato que ya no es comestible, pues podrÃamos contraer alguna infección estomacal.
Lo anterior ha sido comprobado por el único laboratorio de olfatometrÃa en México, ubicado en el Centro de Innovación Aplicada en TecnologÃas Competitivas (CIATEC) en León, Guanajuato. A través de una serie de estudios, especialistas de ese centro hallaron que existe una relación entre el número creciente de microorganismos y la concentración de olor.
El ingeniero bioquÃmico Jorge RodrÃguez Sotelo, adscrito al CIATEC, dio a conocer en entrevista que no solo se trata de la presencia de un olor desagradable, sino también de todo lo que da lugar a la descomposición quÃmica orgánica, por lo que dichas investigaciones determinan los niveles de olor en una área determinada y si sus componentes son dañinos para la salud.
Tales análisis son realizados mediante un dispositivo de fabricación alemana, que dependiendo de las concentraciones de olores, emite señales en color verde, amarillo o rojo. Esto para que las autoridades conozcan, con base en estudios climatológicos de aire, humedad, temperatura y presión, cuáles son las zonas donde se concentran una mayor cantidad de olores.
El equipo está compuesto por un compresor con filtros especiales y dos tipos de gases: el limpio y el de la muestra, para que personal capacitado (llamados panelistas) huela el aire en diferentes tiempos y diluciones, y logre emitir una respuesta.
El experto señaló que debido a la complejidad que conlleva la medición de olores, las respuestas de los panelistas son asociadas a los datos que encuentra un sensor para evitar resultados falsos. Asimismo, los panelistas no tienen conocimiento de la muestra que van a oler.
RodrÃguez Sotelo subrayó que para determinar una concentración de olor, ésta debe medirse en unidades por metro cúbico, lo que brinda una referencia sobre a qué huele y en qué cantidad.
El proyecto fue puesto en marcha desde el año 2006 para analizar los olores que segrega la refinerÃa de Petróleos Mexicanos (PEMEX) que se encuentra en Salamanca, Guanajuato. También ha permitido concretar investigaciones en rellenos sanitarios en la ciudad de León.
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