La prescripción innecesaria de antibióticos para el dolor de garganta, bronquitis continúa a un ritmo elevado
Durante décadas, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y otros han hecho un importante esfuerzo para reducir la inadecuada prescripción de antibióticos. A pesar de este trabajo, una nueva investigación del Hospital Brigham y de Mujeres ( BWH ) de Harvard, encuentra sólo mejora gradual en el número de prescripciones de antibióticos escritas para los adultos con bronquitis aguda y dolor de garganta. Estos resultados fueron presentados en IDWeek y los datos de dolor de garganta se publicaron en línea en la revista JAMA Internal Medicine.
«Sabemos que la prescripción de antibióticos, especialmente a los pacientes que no puedan beneficiarse de ellos, aumenta la prevalencia de bacterias resistentes a los mismos, un problema creciente , tanto en los Estados Unidos y alrededor del mundo», dijo Jeffrey A. Linder, un médico e investigador en la División de Medicina general y Atención Primaria en el BWH, el autor principal del artículo .
«Nuestra investigación muestra que mientras que sólo el 10 por ciento de los adultos con dolor de garganta tiene estreptococo, la única causa común de dolor de garganta que requiere 
antibióticos, la tasa nacional de prescripción de antibióticos en adultos con dolor de garganta se ha mantenido en 60 por ciento. Para la bronquitis aguda, la tasa de prescripción de antibiótico adecuado debe estar cerca de cero por ciento y la tasa nacional de prescripción de antibióticos fue del 73 por ciento”, dijo Linder, profesor asociado de medicina en la Escuela de Medicina de Harvard (HMS ).
Linder y el autor principal Michael L. Barnett, un miembro clínico HMS en la escuela de medicina, midieron los cambios en la prescripción de antibióticos en adultos con dolor de garganta y bronquitis aguda a través de encuestas representativas a nivel nacional de la atención ambulatoria en los Estados Unidos desde 1996 hasta 2010. Los datos representan un estimado de 39 millones de pacientes adultos con bronquitis aguda y 92 millones de pacientes adultos con dolor de garganta que visitaron las clínicas de atención primaria o departamentos de emergencia.
Los investigadores encontraron que aunque las visitas para el dolor de garganta se había reducido desde el 7.5 por ciento de todas las visitas de atención primaria en 1997 disminuyeron a 4.3 por ciento en 2010, la tasa de prescripción de antibióticos nacional en general no cambió, con los médicos la prescripción de antibióticos en el 60 por ciento de las visitas. La tasa de servicio de urgencias las visitas de los pacientes con dolor de garganta, celebrada en el 2.2 a 2.3 por ciento durante ese período de tiempo. El número de pacientes que acuden a la bronquitis aguda aumentó de 1.1 millones en 1996 a 3.4 millones en 2010.
Los datos muestran que las recetas de la penicilina, el antibiótico recomendado para el tratamiento de la faringitis estreptocócica, se mantuvieron en 9 por ciento, mientras que las recetas de la azitromicina, un antibiótico más caro, aumentaron de ser muy pocas frecuentes para medir de forma fiable en 1997/98 a 15 por ciento en 2009-10.
Los investigadores también observaron un aumento en la tasa de prescripción de antibióticos en salas de emergencia, del 69 por ciento a 73 por ciento , durante el mismo período de 14 años.
«Además de contribuir a la prevalencia de las bacterias resistentes a los antibióticos, el uso innecesario de antibióticos también aumenta el costo financiero para el sistema de salud y causa efectos adversos para los que toman la medicación», dijo Barnett .
Gargantas adoloridas y más casos de bronquitis aguda se deben tratar con reposo y líquidos y no requieren una visita al médico, añadió.
A la luz de estos resultados, los esfuerzos de investigación están en marcha para desarrollar e implementar las intervenciones que reduzcan la prescripción inadecuada de antibióticos para las infecciones respiratorias.
El trabajo de Linder sobre las infecciones respiratorias agudas es apoyado por becas de los Institutos Nacionales de Salud, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, y la Agencia para la Investigación y Calidad.
Vía : Harvard Education
