La tasa de COVID-19 en las cárceles de países como Estados Unidos es casi seis veces mayor que la registrada en la población general. Y la tasa de mortalidad por COVID entre los presos probablemente se triplicó, así lo revelaron expertos de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, a través de un estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association.

«Si bien estos números son sorprendentes, en realidad creemos que las disparidades dentro de las cárceles son mucho mayores», indicó Brendan Saloner autor principal del estudio, profesor asociado de política y gestión de salud en la citada escuela.

«Algunas cárceles no reportan ningún caso, otras ni siquiera evalúan a los reclusos, por lo que la necesidad de políticas para proteger a las poblaciones encarceladas es más importante que nunca», agregó Saloner.

Los investigadores analizaron los casos y muertes por coronavirus del 31 de marzo al 6 de junio. La tasa de COVID-19 entre los prisioneros fue de 3,251 por 100,000, en comparación con los 587 casos por 100,000 en la población general. Esto es 5.5 veces más alto, subrayaron.

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La tasa de mortalidad por COVID fue de 39 muertes por 100,000 prisioneros, en comparación con 29 por cada 100,000 en la población general. Después de ajustar las diferencias de edad y sexo, la tasa de mortalidad sería tres veces mayor entre los reclusos que en la población que no está en prisión, apuntaron los investigadores.

Los prisioneros son especialmente vulnerables a la propagación de una enfermedad altamente infecciosa como la COVID-19 debido al confinamiento cercano y al acceso limitado a equipos de protección personal. De acuerdo con los investigadores, las altas tasas de enfermedades respiratorias y cardíacas preexistentes también aumentan su susceptibilidad.

«Los presos tienen derecho a una protección adecuada de su salud mientras están encarcelados», comentó Saloner. «La realidad de estos hallazgos muestra que no estamos cerca de satisfacer sus necesidades básicas. En última instancia, esto crea una situación peligrosa para los reclusos, el personal penitenciario, las comunidades en las que se encuentran las cárceles y en nuestro esfuerzo general por contener la crisis».

Durante el período de estudio, los casos de coronavirus en las cárceles aumentaron en aproximadamente un 8% por día, en comparación con aproximadamente el 3% en la población general, mostró el estudio.

Los investigadores registraron más de 42,100 casos y 510 muertes entre casi 1.3 millones de residentes de prisiones estadounidenses. En la población general, hubo 1.9 millones de infecciones y alrededor de 95,600 muertes en la población general.

 

Vía: Health Day News