Una combinación de pérdida de audición y visión se relaciona con un mayor riesgo de deterioro mental y demencia, pero tener solo una de esas deficiencias no se vincula con un mayor riesgo, así lo reveló un nuevo estudio de Corea del Sur publicado en la revista Neurology.
No está claro por qué una disminución de ambos sentidos, pero no de uno solo, aumentaría los riesgos de demencia, pero el líder del estudio tenía una teoría relacionada con la importancia de socializar para mantener el cerebro alerta.
«Las personas mayores con solo una discapacidad visual o auditiva generalmente pueden mantener el contacto social, por lo que es posible que no se sientan tan aisladas o deprimidas como las personas que padecen ambas deficiencias», dijo el doctor Jin Hyeong Jhoo, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Kangwon, en Chuncheon.
«Sin embargo, cuando alguien tiene ambas deficiencias, eso puede aumentar el riesgo de aislamiento y depresión, lo que según investigaciones previas puede afectar el riesgo de demencia y las habilidades de pensamiento más adelante», explicó Jhoo.
El trabajo incluyó a 6,520 personas, de entre 58 y 101 años, cuyas deficiencias visuales y auditivas se evaluaron preguntándoles sobre el uso de anteojos o audífonos.
Al comienzo del estudio, 932 personas tenían una vista y un oído normales, casi 3,000 tenían una discapacidad visual o auditiva y poco más de 2,600 tenían ambas deficiencias.
Además, los investigadores también hallaron que, al comienzo del estudio, la demencia era más del doble de común entre las personas con ambas deficiencias (8%) que entre las que tenían una deficiencia (2.4%) o ninguna de ellas (2.3%).
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La memoria y las habilidades de pensamiento de los participantes también se evaluaron cada dos años durante seis años. Durante ese tiempo, 245 personas desarrollaron demencia. De las casi 2,000 personas con ambas discapacidades, 146 desarrollaron demencia, en comparación con 69 de aproximadamente 2,400 personas con una deficiencia y 14 de las 737 personas sin discapacidades.
Después de ajustar factores como el sexo, la educación y los ingresos, los investigadores concluyeron que las personas con impedimentos auditivos y visuales tenían el doble de probabilidades de desarrollar demencia que aquellos con uno o ninguno de los impedimentos.
Asimismo, descubrieron que las personas con impedimentos auditivos y visuales tenían mayores disminuciones en los puntajes de las pruebas de pensamiento.
«Dependiendo del grado de pérdida auditiva o visual, perder la función de los sentidos puede ser angustiante y generar un impacto en su vida diaria», advirtió Jhoo. «Pero los resultados de nuestro estudio sugieren que perder ambos puede ser motivo de especial preocupación».
Cabe mencionar que el estudio posee algunas limitantes, principalmente por el hecho de que se basó en «informes personales» de los pacientes sobre su pérdida de visión o audición (no en un examen clínico).
Además, no está claro qué tan bien se traducirían los hallazgos a las poblaciones fuera de Corea del Sur, pues no se tomaron en cuenta las diferencias sociales/culturales en dicha nación frente a otros países/culturas en la interacción de la familia y la sociedad con su población de la tercera edad.
Finalmente, hay que recalcar que, en todo el mundo, la pérdida de audición por sí sola se ha relacionado con mayores probabilidades de deterioro cognitivo. De acuerdo con el doctor Darius Kohan, director de otología y neurotología en el Hospital Lenox Hill, así como en el Hospital del Ojo, Oído y Garganta de Manhattan, ambos en Nueva York, se han realizado numerosos estudios internacionales que documentan que la pérdida de audición en los ancianos promueve el aislamiento, la comunicación disminuida y la abstinencia de interactuar con otros, lo que lleva a un deterioro cognitivo desproporcionado.
Vía: Health Day News