Las vitaminas y minerales son fundamentales para el buen funcionamiento del cuerpo, pero su carencia no siempre se manifiesta de manera evidente. Existen señales silenciosas que pueden pasar desapercibidas y que indican una posible deficiencia nutricional.
Cambios en la piel, el cabello y las uñas
La resequedad de la piel, la caída excesiva del cabello o las uñas quebradizas pueden ser signos de falta de biotina, zinc o hierro. Estos nutrientes intervienen en la regeneración celular y su carencia afecta la apariencia externa del cuerpo.
Cansancio y debilidad frecuentes
Sentirse sin energía, aun después de descansar, puede indicar déficit de hierro, vitamina B12 o vitamina D. Estas vitaminas y minerales participan en la producción de energía y en la oxigenación de los tejidos, por lo que su ausencia repercute directamente en la vitalidad diaria.
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Problemas de concentración y memoria
Las dificultades para concentrarse o la sensación de “mente nublada” se relacionan con la falta de vitaminas del complejo B. El cerebro necesita un aporte constante de estos nutrientes para mantener sus funciones cognitivas en equilibrio.
Calambres o debilidad muscular
La carencia de magnesio, potasio o calcio puede provocar contracciones musculares involuntarias y sensación de debilidad. Estos minerales son esenciales para la contracción y relajación adecuada de los músculos.
Estar atento a estas señales permite identificar de manera temprana una deficiencia y acudir al médico para una evaluación adecuada. Una dieta variada y balanceada suele ser la mejor estrategia para prevenir estas carencias nutricionales.







