El magnesio es un mineral esencial para el correcto funcionamiento del organismo. Participa en más de 300 reacciones bioquímicas, incluyendo la producción de energía, el funcionamiento muscular y nervioso, así como la regulación del azúcar en la sangre y la presión arterial. A pesar de su relevancia, muchas personas no alcanzan la ingesta diaria recomendada.
Una dieta deficiente en magnesio puede provocar debilidad, calambres, fatiga y, a largo plazo, incrementar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y óseas. Mantener niveles adecuados de este mineral es clave para la salud metabólica y el bienestar general.
Conoce más: ¿Qué le pasa a tu cuerpo si tienes niveles bajos de magnesio?
Fuentes naturales
- Las nueces y semillas, como las almendras, nueces de Brasil, semillas de calabaza y de girasol, son de las principales fuentes de magnesio. Además de ser fáciles de incorporar, también aportan grasas saludables y proteínas.
- Los vegetales de hojas verdes, como la espinaca y la acelga, contienen magnesio gracias a la clorofila, lo que los convierte en aliados importantes de la dieta diaria.
- Las legumbres, como frijoles, garbanzos y lentejas, además de aportar fibra y proteína vegetal, son ricas en magnesio y favorecen la salud digestiva y cardiovascular.
- Los granos enteros, como la avena, la quinoa y el arroz integral, contribuyen no solo con magnesio, sino también con fibra, lo que ayuda al control del azúcar en la sangre y al tránsito intestinal.
- El chocolate oscuro con alto contenido de cacao es otra fuente destacada de magnesio, siempre que se consuma con moderación y con bajo contenido de azúcares añadidos.
Consumir alimentos ricos en este mineral es una estrategia sencilla para apoyar funciones vitales del cuerpo y prevenir deficiencias que puedan afectar la salud a largo plazo.