Comer bien no sólo implica elegir alimentos saludables, también saber cuánto consumir de cada uno. Controlar las porciones ayuda a mantener un peso adecuado, prevenir enfermedades y aprovechar mejor los nutrientes sin excederse en calorías.
Adoptar este hábito mejora la digestión y fomenta una relación más equilibrada con la comida.
1. Favorece un peso saludable
Comer más de lo necesario, incluso si los alimentos son nutritivos, puede generar un exceso de calorías. Medir las porciones permite mantener un equilibrio energético y evitar el aumento de peso, lo que reduce el riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y otros trastornos metabólicos. Ser consciente de las cantidades es tan importante como elegir bien qué comer.
2. Mejora la digestión y la saciedad
Cuando se consumen porciones adecuadas, el sistema digestivo trabaja de forma más eficiente. Comer despacio y en cantidades moderadas facilita la digestión, previene el malestar estomacal y ayuda al cerebro a reconocer la sensación de saciedad. Esto evita comer de más y favorece una mejor relación con la comida.
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3. Promueve una alimentación más equilibrada
El control de porciones permite incluir variedad sin excederse. Distribuir adecuadamente los grupos de alimentos —proteínas, cereales integrales, frutas y verduras— asegura un aporte balanceado de nutrientes. Además, ayuda a moderar el consumo de azúcares, grasas y sodio, frecuentes en las porciones grandes.
Estrategias prácticas para controlar las porciones
Usar platos más pequeños, servir la comida antes de sentarse, evitar comer directamente de paquetes y prestar atención a las señales de hambre son acciones sencillas que marcan la diferencia. Estos hábitos fomentan una alimentación consciente y sostenible, más allá de las dietas restrictivas.
El control de porciones es una herramienta poderosa para cuidar tu salud y sentirte mejor cada día. ¡Empieza con pequeños cambios y hazlo por tu bienestar, tu cuerpo te lo agradecerá!
Fuente: Mayo Clinic
