Las grasas no son enemigas si se eligen bien. De hecho, las grasas saludables son esenciales para el funcionamiento del cerebro, la absorción de vitaminas y el cuidado del corazón. El problema está en los excesos y en el tipo de grasa que consumimos. Aquí te damos algunas formas sencillas de incorporarlas a tu alimentación diaria.
1. Usa aceite de oliva en vez de mantequilla
El aceite de oliva extra virgen es rico en grasas monoinsaturadas que protegen el corazón y reducen la inflamación. Puedes usarlo en ensaladas, sobre pan o para cocinar a baja temperatura. Es una opción mucho más saludable que la mantequilla o las margarinas industriales.
2. Agrega aguacate a tus comidas
El aguacate es una fuente deliciosa de grasa saludable. Puedes añadirlo a tostadas, ensaladas, sopas o batidos. Además de su buen perfil graso, aporta fibra y antioxidantes que benefician al sistema digestivo y al cardiovascular.
3. Incluye frutos secos como colación
Un puñado de nueces, almendras o pistaches sin sal es un excelente snack. Estas grasas saludables ayudan a mantener niveles adecuados de colesterol y promueven la saciedad. Solo cuida las porciones, ya que son calóricas.
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4. Come pescado graso al menos dos veces por semana
Salmón, sardinas o atún son ricos en ácidos grasos omega-3, conocidos por sus efectos antiinflamatorios y protectores del corazón. Incluirlos en tu dieta reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y apoya la función cerebral.
5. Añade semillas a tus platillos
Semillas como la chía, linaza o ajonjolí son ricas en grasas saludables, fibra y minerales. Puedes espolvorearlas sobre yogur, frutas, sopas o integrarlas en licuados. También ayudan a mejorar la digestión y mantener la energía.
Incorporar grasas saludables es más fácil de lo que parece. Con pequeños cambios en tus elecciones diarias, puedes mejorar tu salud sin sacrificar el sabor.