Las dietas rápidas o “milagro” prometen resultados en poco tiempo, pero pueden poner en riesgo la salud y generar frustración. Aunque algunas pueden parecer efectivas al principio, suelen estar mal equilibradas y no son sostenibles. Conocer sus errores más comunes ayuda a tomar decisiones más seguras y realistas.

1. Eliminar grupos enteros de alimentos

Muchas dietas rápidas eliminan carbohidratos, grasas o frutas, lo cual puede causar deficiencias nutricionales. Cada grupo de alimentos tiene una función en el cuerpo, y suprimirlos sin supervisión profesional afecta la energía, el metabolismo y el estado de ánimo. Lo mejor es buscar un plan equilibrado, no restrictivo.

2. Consumir muy pocas calorías

Reducir drásticamente la ingesta puede parecer una vía rápida para bajar de peso, pero en realidad ralentiza el metabolismo y favorece el efecto rebote. Además, puede causar fatiga, irritabilidad y pérdida de masa muscular. Una reducción moderada y guiada por un especialista es más efectiva y segura.

3. Basarse en productos milagro

Batidos, pastillas o “quemadores de grasa” no sustituyen una alimentación saludable. Confiar en estos productos puede ocultar malos hábitos y poner en riesgo la salud por sus efectos secundarios o ingredientes no regulados. La clave está en aprender a comer mejor, no en depender de atajos.

4. Ignorar señales del cuerpo

Las dietas muy estrictas suelen desconectarnos de las señales de hambre, saciedad o malestar. Esto puede aumentar la ansiedad o la obsesión por la comida. Escuchar al cuerpo, comer con atención y ajustar la alimentación según las necesidades reales es fundamental.

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5. No tener seguimiento profesional

Iniciar una dieta sin asesoría médica o nutricional puede derivar en errores difíciles de corregir. Un profesional puede adaptar el plan a cada persona, corregir desequilibrios y prevenir riesgos, además de ayudar a mantener los resultados a largo plazo.

Evitar estos errores comunes permite adoptar hábitos más saludables, sostenibles y amables con el cuerpo. Bajar de peso de forma responsable no solo es posible, sino mucho más beneficioso a largo plazo.

 

Fuente: Harvard T.H. Chan School of Public Health