El consumo de frutas y verduras es fundamental para una buena salud, pero la forma en que se preparan y consumen puede influir en la cantidad de nutrientes que realmente absorbemos. Estos son algunos consejos prácticos:

1. Preferir opciones crudas

Consumir algunas frutas y verduras crudas permite preservar vitaminas sensibles al calor, como la vitamina C y las del complejo B, que suelen perderse durante la cocción. Ejemplos: ensaladas frescas, jugos naturales o snacks de vegetales.

2. Cocinar al vapor

Cocer al vapor es una de las mejores técnicas para conservar antioxidantes y minerales, ya que se usan temperaturas suaves y poco agua. En cambio, hervir por mucho tiempo puede reducir considerablemente los nutrientes.

3. Combinar con grasas saludables

Combinar vegetales con una fuente de grasa saludable, como aguacate, aceite de oliva o nueces, favorece la absorción de vitaminas liposolubles (A, D, E y K). Por ejemplo, añadir aceite de oliva a una ensalada de espinaca.

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4. Cocción ligera para mejorar nutrientes

Cortar y cocinar algunos alimentos puede incluso aumentar la disponibilidad de ciertos nutrientes, como el tomate, cuyo licopeno se absorbe mejor después de cocción ligera con aceite.

5. Cuidar el almacenamiento

Almacenar las frutas y verduras de forma adecuada es esencial, ya que el aire, la luz y el calor reducen su valor nutricional, por lo que lo ideal es consumirlas frescas y pronto después de comprarlas.

En conclusión, variar las formas de preparación, combinar adecuadamente los alimentos y cuidar la frescura de frutas y verduras permite aprovechar al máximo sus beneficios nutricionales para la salud.

 

Fuente: Harvard T.H. Chan School of Public Health