nino-videoUna forma de musicoterapia, que incluye la escritura de letras de canciones y la producción de videos musicales, podría ayudar a los pacientes jóvenes con cáncer a desarrollar habilidades para afrontar su enfermedad. Esto según un nuevo estudio publicado en la Revista de la Sociedad Americana del Cáncer.

Ser diagnosticado con cáncer e iniciar el tratamiento puede ser una experiencia muy traumática, especialmente para la gente joven. El luchar por mantener una actitud positiva y tener un fuerte entorno familiar y social se sabe que son factores que benefician el tratamiento.

Por ello es importante que los adolescentes y adultos jóvenes que están bajo la angustia que el padecimiento provoca puedan tener apoyo que les ayude a desarrollar estrategias que amplíen su interacción social mientras realizan su tratamiento contra el cáncer.

El tipo de terapia que se analizó en este estudio es la llamada “Video Musical Terapéutico” y está diseñada para ayudar a los pacientes a reflejar sus experiencias. Éstos son animados para que identifiquen que es importante para ellos, ya sea su familia, su religión o la relación que tienen con sus amigos y con el personal médico que los atiende.

Este reflejo se da a través de distintas fases en el proyecto, durante el cual los pacientes realizarán grabaciones de vídeo y sonido, así como guiones gráficos. Los pacientes pueden involucrar en las etapas del proceso al personal de salud, a sus amigos y a sus familiares.

Al final de la terapia, los videos realizados por los pacientes son compartidos. Los terapeutas piensan que esto permite a otras personas, como los padres y el personal médico que los atiende, logar un mejor entendimiento de cómo se sienten los pacientes respecto a su tratamiento y a su enfermedad, y también cómo se sienten respecto al futuro.

La investigación se realizó entre 113 pacientes bajo tratamiento de trasplante de células madre, entre los 11 y los 24 años. Los pacientes fueron divididos en un grupo de Video Musical Terapéutico y un grupo de control que recibió audiolibros.

Los pacientes que completaron el programa de terapia musical enfrentaron de manera significativamente mejor el tratamiento contra el cáncer que quienes fueron parte del grupo de control. El estudio también evaluó el entrono familiar 100 días después del tratamiento y encontró que el grupo que tuvo musicoterapia reportaba resultados significativamente mejores en lo que respecta a interacción social.

Con estos resultados, los investigadores lograron identificar diversos factores que fortalecen la resiliencia en la gente joven bajo tratamiento. Esto incluye creencias y prácticas espirituales, un entorno familiar positivo y adaptable, y el sentimiento de respaldo por parte de amigos y personal de salud.

La doctora Joan E. Haase, una de las autoras del estudio, señala que estos factores de protección influencian la manera en que la gente joven “enfrenta, adquiere esperanza y encuentra significado en medio de su viaje contra el cáncer”.

“Los adolescentes y los adultos jóvenes que son resilientes tienen la habilidad de levantarse sobre su enfermedad, adquirir un sentido de dominio y confianza en cómo deben enfrentarse al cáncer, y demostrar un deseo de llegar a otros y ayudarlos”, agregó.

Debido a que terapias como el trasplante de células madre al que los participantes estaban siendo sometidos son de alto riesgo y alta intensidad, proveer a esta gente joven de estrategias positivas para enfrentarlas es vital.

La doctora Sheri L. Robb, co-autora del estudio, espera que los resultados de este estudio y otros más puedan mejorar el acceso de los pacientes a programas de musicoterapia. “Uno de los retos en el cuidado de la salud actualmente es asegurarse de que los resultados de estudios como el nuestro sean utilizados para informar a quienes prestan servicios y realizan prácticas de salud”. En este sentido, agregó que un próximo objetivo de su equipo de investigación es diseminar los resultados, entrenar terapeutas musicales profesionales en este modelo de intervención, y después conducir un estudio de implementación para examinar cómo esta intervención podría cambiar, conforme se convierte en un procedimiento estándar, y cómo -si se dan estos cambios- los beneficios para los pacientes se mantienen”. añadió.

Vía:  Revista de la Sociedad Americana del Cáncer