Todas las personas estamos conformadas por características propias e individuales que forman parte de nosotros. Algunas de ellas se adoptan mientras crecemos, mientras que otras nos acompañan desde que nacemos, tal es el caso de las marcas de nacimiento.

Se conoce como marcas de nacimiento a las anomalías de la piel que se presentan en algunos recién nacidos.

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Cabe resaltar que las marcas de nacimiento no se pueden prevenir y no existe evidencia médica de que se produzcan por algo que se haga o se deje de hacer durante el embarazo.

¿Por qué aparecen?

El origen de la mayoría de este tipo de marcas se desconoce. Sin embargo, algunas de ellas pueden ser hereditarias, es decir, son de familia.

No existe una catalogación general para las marcas de nacimiento. Estas pueden ser planas o protuberantes, tener bordes regulares o irregulares y distintos tonos, como marrón, tostado, negro, azul, rosado, rojo o púrpura.

Existen dos tipos principales: las vasculares y las pigmentadas (como los lunares).

¿Cuándo pueden representar un problema?

La mayoría de este tipo de marcas no suelen significar un problema de salud. Algunas pueden llegar a desaparecer por sí solas, mientras que algunas otras pueden permanecer igual o crecer a medida que pasan los años.

No obstante, a pesar de que son mayormente inofensivas, es importante que un médico revise y evalúe las marcas de nacimiento en los bebés tan pronto como aparezcan para determinar su tipo y, si lo amerita, el control y el tratamiento necesario.

Esta recomendación obedece a que ciertos tipos de marcas pueden llegar a aumentar el riesgo de problemas de salud. Se debe prestar particular atención y acudir con un médico cuando se presenten los siguientes casos:

-La marca sangra.

-Hay dolor en la marca o la zona que le rodea.

-Existe picor.

-La marca luce infectada.

 

Vía: Medline Plus, Kid’s Health