Correr es una excelente actividad física que brinda muchos beneficios a nuestra salud. No obstante, cuando se trata de correr maratones (largos sobre todo) nuestros riñones podrían sufrir un daño a corto plazo, encontró un reciente estudio estadounidense.

Correr maratones de 42 kilómetros no solamente puede ser algo duro para las caderas, las rodillas, los tobillos y los pies; también son duras para los riñones, expuso el doctor Chirag Parikh, profesor de medicina en la Universidad de Yale.

Tras la competición, “los maratonistas presentan una lesión renal a corto plazo pasajera o reversible”, señaló el doctor Parikh. La buena noticia es que se trata de un daño que parece resolverse en un plazo de dos días tras la carrera, agregó.

De acuerdo con el experto, durante su investigación encontró que hasta un 82% de los maratonistas mostraban una lesión renal aguda tras la carrera. Esta afección, explicó, significa que los riñones no filtran los desechos de la sangre.

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No obstante, al “segundo día todos están bien”, aseguró. Por lo que es probable que la gran mayoría de las personas incluso ni lleguen a percatarse de esta lesión.

Algunas causas potenciales de este fenómeno incluyen el aumento sostenido de la temperatura central del cuerpo, la deshidratación o la reducción del flujo sanguíneo a los riñones que ocurren durante una maratón, expuso el especialista.

Parikh recomendó a las personas que tienen antecedentes familiares de enfermedad renal informar a su médico que corren maratones y seguir sus indicaciones.

 

Vía: Health Library