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De acuerdo con la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai (Estados Unidos), la pandemia de COVID-19 es un momento difícil para todos nosotros, y puede ser especialmente difícil para las personas con autismo. Se han interrumpido las rutinas familiares, se han eliminado los contactos sociales y se han reducido o eliminado los apoyos profesionales. Por ello, a continuación te presentamos algunas actividades enfocadas en las habilidades sociales que te ayudarán a mantener a tus seres queridos con autismo ocupados y comprometidos.

Habilidades de escucha

Varios estudios han sugerido que enseñar habilidades de escucha activa es un paso crítico para promover buenas habilidades de conversación en los niños con dificultades sociales.

Aquí algunas sugerencias:

  • Juego de aplausos. Elige una palabra objetivo o haz que tu hijo elija una palabra objetivo. Dirás la palabra objetivo junto con las palabras distractoras (palabras relacionadas con el tema o sonidos similares). Cada vez que digas la palabra objetivo, haz que tu hijo aplauda. Puedes volver más desafiante la tarea al aumentar la velocidad a la que dices las palabras.
  • Simón dice. Un adulto toma el papel de «Simón» y da instrucciones (como poner las manos sobre la cabeza) a los otros jugadores. Los jugadores solo seguirán las instrucciones cuando estén precedidas por la frase «Simón dice». Si un jugador sigue la orden cuando no está precedida por la frase, el jugador queda fuera.
  • El juego del teléfono. El primer jugador pensará en una sola palabra o frase y la susurrará al oído de la segunda persona en la línea. El segundo jugador la repetirá al siguiente jugador y así sucesivamente. Cuando se llega al último jugador, este anuncia el mensaje que todos escucharon. Puedes hacer el juego más difícil diciendo una frase más larga.
  • Congelados. Anima a tu hijo a bailar o moverse con música. Cuando la música se detenga, todos deben quedarse inmóviles (congelados).
  • Los juegos de mesa tradicionales como «Adivina quién» también se pueden usar para promover la escucha.

Habilidades no verbales

Algunas investigaciones lingüísticas sugieren que hasta el 70% de la comunicación ocurre a través de modalidades no verbales, lo que hace que la comunicación no verbal sea una habilidad social crítica para los niños con autismo. A continuación te enlistamos algunas actividades para practicar la comunicación no verbal:

  • Sigue mis ojos/cara hasta el premio. Esconde 3-5 objetos deseables (como calcomanías o bocadillos) alrededor de la habitación o la casa. Usa solo tus ojos y expresiones faciales para aportar información sobre la ubicación de los objetos.
  • Simón lo hace. Esta es una variante de «Simón dice». En este juego, pídele a tu hijo que mire y haga lo que tú haces, y que ignore todo lo que digas.
  • Adivina con mímica. Puedes imprimir imágenes desde tu computadora usando imágenes prediseñadas, hacer dibujos o escribir palabras en hojas de papel. Cada persona se turnará para seleccionar un pedazo de papel y representar lo que está en el papel usando su expresión facial, brazos y cuerpos. Para los niños más pequeños, comienza con animales. Para los niños mayores, puedes pensar en palabras que describan emociones.

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Habilidades de conversación

Los niños con autismo a menudo tienen dificultades para iniciar y mantener temas de conversación. Aquí hay algunas actividades que puedes realizar para promover las conversaciones:

  • Juego de dulces. Este se juega con cualquier alimento multicolor, como lunetas, bocadillos de frutas o cereal de colores. Antes de jugar, escribe indicaciones específicas para cada color. Por ejemplo, rojo: cuéntanos una cosa que aprendiste hoy, amarillo: cuéntanos una cosa que te gustaría hacer este verano. Cada persona cerrará los ojos y elegirá un alimento. Después de compartir algo basado en el color que han elegido, pueden comer el alimento. A medida que se domina la actividad, puedes alentar a los miembros de la familia a que hagan preguntas o comentarios.
  • Juego de pelota de conversación. Puedes usar una pelota miniatura o mediana y escribir diferentes temas/preguntas sobre ella. Lanzas la pelota a alguien y ellos responden a la pregunta o al tema donde cae su pulgar. Una variación de esto son los dados de conversación. Una vez más, puedes comprar dados o hacer los tuyos usando una caja de pañuelos y marcadores.
  • Conversación Jenga. Escribe preguntas en cada pieza de jenga. Los jugadores deben responder la pregunta escrita en la pieza que eliminen.
  • Llamadas telefónicas y videollamadas. Durante este tiempo de distanciamiento social es fundamental hacer llamadas telefónicas y tener chats en línea cara a cara con amigos y familiares. Antes de hacer una llamada, puedes organizar un juego de roles con tu hijo e identificar algunos temas de inicio de conversación, así como temas que podrían discutir en torno a los intereses de la otra persona.

Teoría de la mente

La teoría de la mente (ToM) o la toma de perspectiva es la capacidad de atribuir estados mentales (creencias, intenciones, deseos, simulaciones, conocimientos, etc.) a uno mismo y a otras personas, y comprender que los demás tienen creencias, deseos e intenciones que son diferentes a los que uno tiene. Los déficits en la teoría de la mente son una característica central del autismo. Por ello, te presentamos algunas actividades para trabajar en la teoría de la mente:

  • Películas sin palabras. Miren un programa de televisión o un clip de película desconocido. Primero miren el clip en silencio. Anima a tu hijo a pensar sobre lo que está sucediendo en el clip, las expresiones faciales y el lenguaje corporal de los personajes para determinar la línea de la historia. Después, activa el clip y vuelvan a mirarlo para ver cuán preciso fue y qué perdió. SUGERENCIA: Programas como «Mr. Bean» y «I Love Lucy» son geniales ya que los actores usan mucho lenguaje corporal y no hay diálogo.
  • Libros. Para los niños más pequeños, puedeS hacer una pausa mientras les lees un libro y pedirles que identifiquen los sentimientos del personaje. Anímalos a mirar la expresión facial y el lenguaje corporal del personaje. Una vez que hayan identificado los sentimientos, puedes preguntarles qué está pensando el personaje. Si no logran decir nada, puedes preguntarles: «¿Qué pensarías si fueras ese personaje en esa situación?».

 

Vía: Icahn School of Medicine at Mount Sinai