La Organización Mundial de la Salud estima que las enfermedades causadas por alimentos contaminados constituyen uno de los problemas sanitarios más difundidos en el mundo.

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Aplicar prácticas adecuadas durante la manipulación de alimentos, tanto en el hogar como en restaurantes u otros establecimientos, reducirá considerablemente el riesgo a contraer diferentes tipos de enfermedades.

A continuación presentamos una serie de consejos para almacenar y preparar los alimentos de forma adecuada, propuestos por la OMS y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura:

 

Almacenamiento de los alimentos

 

  • Refrigerados

Los alimentos que por sus características sean favorables al crecimiento bacteriano deben conservarse en régimen frío, separando los alimentos crudos de los cocidos. La carne cruda, debe guardarse en un recipiente cubierto y hermético, alejada de las carnes preparadas, para evitar contaminaciones y una posible intoxicación. Asimismo es importante separar los diferentes tipos de congelados: carnes, lácteos y postres en lugares diferentes.

 

  • No refrigerados

Los alimentos que no necesitan un ambiente frío se deben almacenar en lugares limpios, secos, ventilados y protegidos de la luz solar y la humedad, ya que estos favorecen la reproducción de bacterias y hongos, además deben colocarse en estanterías de fácil acceso a la limpieza, nunca en el suelo ni en contacto con las paredes. No se debe barrer en seco, en ninguna instalación donde se conserven y/o manipulen alimentos.

 

  • Frutas y verduras

Las verduras es ideal mantenerlas en la nevera hasta el momento de su uso, a menos que sea preciso madurarlas a temperatura ambiente. Por su parte, las frutas es conveniente guardarlas en compartimentos frescos, en cajas ventiladas o en bolsas de plástico agujereadas. Si las frutas y las verduras se depositan en un lugar cálido y luminoso pierden rápidamente la vitamina C.

Preparación de alimentos

Hay que lavarse bien las manos antes de empezar a preparar los alimentos y después de cualquier interrupción. Los utensilios para la preparación y servido de la comida deben lavarse con detergente correctamente diluido y agua caliente.

Es importante cocer los alimentos a temperatura suficiente (70°C) para asegurar que los microorganismos no se reproduzcan. Los alimentos a temperaturas entre 10 y 60°C producen la multiplicación rápida y progresiva de los microorganismos.

Otro aspecto importante es evitar la contaminación cruzada: contacto de alimentos crudos con cocidos mediante las manos del manipulador o la utilización de la misma superficie sin previa limpieza y/o utensilios de cocina.

Finalmente, el manipulador de alimentos debe estar atento ante toxiinfecciones alimentarias de quienes convivan con él y tomar las precauciones necesarias para evitar contagio. Siguiendo estos sencillos consejos podemos cuidar la salud de nuestros comensales.