Uno de los conceptos básicos que se enseñan a los futuros conductores es la necesidad de estar pendiente en el camino constantemente mientras se está detrás del volante, sin embargo, el uso de teléfonos celulares llaman a la distracción, siendo una poderosa causa de riesgo entre los jóvenes que conducen.

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Según la Comisión Nacional de Seguridad de Estados Unidos, el 28 por ciento de los accidentes automovilísticos que ocurren cada año son atribuibles al uso de teléfonos celulares y mensajes de texto mientras se conduce.

La preocupación dio paso a un estudio publicado en la revista de Informes de Investigación de Comunicación, donde se estimó que enviar mensajes de texto por el celular mientras se conduce es igual de peligroso que conducir bajo el efecto del alcohol o de la mariguana. Esto ocurre porque los conductores sin experiencia son más vulnerables a las distracciones y que, por consiguiente, tienen más riesgos de verse involucrados en accidentes.

Los jóvenes son quienes corren más riesgo
Un estudio realizado en 2009 por la Universidad Deakin de Melbourne, Australia, tuvo como objetivo medir los efectos de la mensajería de texto sobre el desempeño de los jóvenes al volante. En el mismo sentido que el estudio norteamericano, se concluyó que los aparatos telefónicos móviles son una fuerte distracción.

Los resultados mostraron que los conductores jóvenes pasan cerca de 400 por ciento más tiempo de conducción sin mirar a la carretera debido a su hábito de teclear mensajes de texto. Además, los conductores jóvenes dan virajes bruscos con 50 por ciento más frecuencia que los conductores no distraídos y hacen 28 por ciento más cambios de carril leyendo o enviando mensajes de texto.

La alarma también viene por parte de la falta de conciencia respecto a este peligro, y no a la falta de educación, según confirmó una encuesta de la empresa de telefonía  AT&T.

Las respuestas de los adolescentes entrevistados dicen que los jóvenes comprenden los peligros de enviar mensajes de texto al conducir, donde el 43 por ciento admite que lo hace, y el 75 por ciento dice que esa práctica es común entre sus amigos. Pero aún más preocupante es el hecho de que estos adolescentes sienten la presión de sus compañeros para responder a los mensajes de texto rápidamente, en cinco minutos o menos.